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Mostrando entradas con la etiqueta Propósitos de Año Nuevo. Mostrar todas las entradas
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miércoles, 1 de enero de 2020

EL DÍA DE LOS PROPÓSITOS

Luego ya tendremos los restantes 364 para incumplirlos :-)

tren de Año Nuevo
Ya está aquí, ya llegó el 2020. Y con él, el momento de marcarse la hoja de ruta para los próximos meses.
         Este año, yo voy a fijarme objetivos a dos niveles: el literario y el personal. Para el primero...

año nuevo literarioOcho puntos para guiar mis pasos. Para que mis esfuerzos literarios confluyan en una dirección. Para no perder el Norte, algo que resulta sumamente fácil en medio de la vorágine cotidiana.

Y para el segundo nivel, el personal o interior, tengo propósitos quizá menos concretos, o mejor dicho, más difíciles de acotar y definir, pero no por ello menos útiles en cuanto a marcar el camino.
         Son todos aspectos de lo mismo: soltarse, aflojar, renunciar al control y fluir...

bruce lee

Sé agua

Este lema de Bruce Lee, pronunciado y explicado en una entrevista que le hicieron en 1971, en el programa «The Pierre Berton Show», refleja una forma de ver la vida típicamente oriental.
         Mientras que en Occidente se considera que el ser humano debe dominar sobre la naturaleza y modificarla a voluntad, en gran parte de Oriente la visión era otra: lo que hay que hacer es renunciar a la pretensión de domar el medio ambiente y en vez de eso hay que fundirse con él, evolucionando tal y como lo hace el planeta.
         Esto implica aceptar el cambio como algo natural y consustancial a la vida. Dejar de pretender tener siempre el control, fluir con la existencia, en la certeza de que nuestro yo profundo, nuestra intuición vital y básica, nos conducirá al sitio adecuado. 

Toda esta filosofía de vida se basa en el principio taoísta del Wu Wei, literalmente No-Acción. O cómo seguir el ritmo natural de la vida.


Se basa en la creencia de que el Tao («el camino» o «la vía») es la esencia innombrable del universo, el fundamento inmanente de su funcionamiento natural.
         El wu wei, o ‘no acción’, cree en la posibilidad de que el ser humano, como miembro indisoluble de los procesos cósmicos, pueda interiorizar esta esencia y construir su vida según sus dictados. Las cosas, una vez que esa fuerza inexorable es asimilada, se ordenan y se consolidan sin que nuestra voluntad deba intervenir en su consecución. Las actividades dejan así de ser una tensión de la conciencia.



Para mis propósitos, yo lo resumiría así: dejar de hacer para, en cambio, ser. Y asimilar que lo natural es el cambio, la destrucción es también creación, y nuestro cambio es el cambio del mundo.
         Asignatura, como podéis ver, nada fácil, pero que en algún momento hay que abordar, me parece a mí.

Y nada más (y nada menos). Feliz 2020 y que nos traiga retos cumplidos y retos nuevos para el que viene.

 

lunes, 30 de diciembre de 2019

ESPERANDO EL TREN DE AÑO NUEVO...

Esperando al Año Nuevo




















...Toca revisar los propósitos de este 2019 que toca a su fin. Para elaborar después la lista del próximo, 2020.

Y estos eran, damas y caballeros, mis propósitos pasados. Veamos el grado de cumplimiento que han obtenido.

Número 1: Leer los libros que tengo en casa sin empezar.
Bueno, aquí el éxito es más o menos del 50%. He leído varios de los que tenía pero no he logrado vencer la tentación de hacerme con otros nuevos, con lo que «la pila» se ha quedado más o menos igual. Pero perseveraré en mi loable objetivo en próximos meses.

Número 2: Publicar (y presentar) la segunda entrega de «La estirpe de la estrella».
En esto, fracaso absoluto. Lo único que puedo alegar en mi descargo es que he editado, maquetado, publicado y presentado otra novela: Útero; y una novelette: Equinoccio, esta última como inauguración a mi colección de tipo bolsilibro «Relatos del Caldero». Y que gracias al NaNoWriMo 2019 he avanzado unas 30.000 palabras en el proyecto de novela propuesto.

Número 3: Acostumbrarme a utilizar una Agenda.
Cumplido exitosamente. Me compré la Agenda de las brujas y con esa motivación no podía fallar, je, je.

Número 4: Grabar un nuevo podcast: «Viaje infinito a bordo del Destino».
Conseguido. Y mejor de lo previsto, pues mis dos colegas de embarcación, Gerard P. Cortés y Alex Godmir, colaboraron leyendo sus respectivos capítulos y yo creo que nos quedó una cosa chula. Podéis comprobarlo por vosotros mismos en ivoox: VIAJE INFINITO A BORDO DEL DESTINO.

Número 5: Lograr publicar al menos una entrada semanal en el blog.
Conseguido más o menos al 80%, lo que supone un avance substancial y un reto para mejorar el porcentaje en 2020.

Hasta aquí la evaluación. El día 1 (o el 2, si antes no es posible) conoceréis mis flamantes propósitos a incumplir en 2020.

viernes, 4 de enero de 2019

PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO

cosas que hacer este año
Ya sabéis, esas cosas que se dicen con la mejor intención tras la resaca de Nochevieja y que rara vez se cumplen. Yo no voy a ser menos y aquí estoy, lista para perpetrar una de esas listas, con objeto de obligarme a un desfile de la vergüenza si este año, cuando se acerque el fin de diciembre, tengo que confesar no haber cumplido al menos la mitad.
         Claro que los años, además de otras cosas menos prácticas, le dan a uno cierta sensatez, por lo que voy a ser poco ambiciosa (o más realista) y me voy a fijar solamente cinco propósitos. Vamos con ellos.

 
Leer los libros que tengo en casa sin empezar.
Sí, ya está bien de comprar libros o saquear bibliotecas. Es hora de darle una oportunidad al botín que existe en mis dominios, fruto de caprichos pasajeros o empeños más constantes. Quiero, al menos, leer uno por mes. A ver en qué se queda.


Publicar (y presentar) la segunda entrega de «La estirpe de la estrella».
Sobre esto no voy a añadir nada más, no sea que se me gafe tan loable intención.




Acostumbrarme a utilizar una Agenda. Y es que aunque he visto que un exceso de método me perjudica lo mío es ya demasiado, y creo que me ayudaría mucho, dentro del maremagnum de proyectos en los que me meto, conseguir un poquito de orden y organización. Método, que diría mi amigo Poirot.
 
 
  Grabar un nuevo podcast, esta vez hecho en solitario, resucitando una antigua y muy querida historia: «Viaje infinito a bordo del Destino», escrita a seis manos con dos colegas: Gerard P. Cortés y Alex Godmir. Creo que el formato radio le puede sentar bien a una novela que no lo es (nosotros la consideramos más bien como el equivalente a una serie televisiva).

 
Lograr publicar al menos una entrada semanal en el blog. La constacia es una gran virtud (¿Karate kid, Confucio?), como todas ellas, de inconstante cumplimiento. Pero si no te la pones como meta, no hay manera de llegar siquiera a unos mínimos. Así que me marco un farol de propósito y a ver cómo evaluamos el año que viene los resultados.


Y nada más, que os animéis a comentar por aquí vuestros propósitos propios. Así nos regañaremos todos juntos de aquí a doce meses, en amor y compañía.

Smiley