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viernes, 31 de mayo de 2013

LA CASA DE LOS CEREZOS VIII

Con esto aguantamos hasta el lunes, que me espera un fin de semana de lo más ajetreado, inmersa en la naturaleza... humana, animal, vegetal e incluso mineral XDD

LA CASA DE LOS CEREZOS
por L. G. Morgan





8. Trabajo de detectives

Desde ese día empecé una guerra de guerrillas para obtener información de mi abuela, a la vez que rebuscaba por la casa hasta dar con las codiciadas pruebas fotográficas.
         Con mi abuela tenía que ser cuidadoso, no quería atacar de frente y que se cerrara en banda. Cuando alguien se ha tomado tantas molestias para ocultar algo, pensaba yo, no va a soltarlo así como así solo porque se lo preguntes de golpe. Prefería ir dando rodeos, era más seguro.

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jueves, 30 de mayo de 2013

Baile de Musas

Interrumpo hoy la emisión de La casa de los cerezos con un descubrimiento reciente.
Hace un tiempo vi esta foto en facebook y me enteré de que estaba censurada porque a ciertas personas les parecía que atentaba contra la decencia y la moral.


A mí me parece una fotografía francamente preciosa, tierna y dulce, que exalta la maternidad.

Y hoy mismo, de nuevo en fb, una amiga, la escritora Ángeles Mora, se la había puesto en su perfil por encontrarla perfectamente inocente además de hermosa. Como ella, yo pienso que si alguien ve algo sucio en esta imagen es porque está enfermo, el problema lo tiene él y no la fotógrafa.

Ha sido también Ángeles quien me ha dicho su nombre: ANASTASIA CHERNYAVSKY.

Luego yo la he buscado por ahí y he estado viendo más de su obra.
Esta es su web:
Este su blog:

Y aquí hay algunas más de sus fotografías:




miércoles, 29 de mayo de 2013

LA CASA DE LOS CEREZOS VII

Uno de los largos para aguantar un par de días :)
¿Por qué será que hay preguntas que una vez resueltas solo generan más incógnitas? Eso es lo que les pasa a Daniel y al señor Antón. En medio de su investigación van a topar con datos inesperados.

LA CASA DE LOS CEREZOS
por L. G. Morgan




7. Nuevos descubrimientos, nuevas incertidumbres

No dormí bien aquella noche, soñé mucho y di aún más vueltas.
         Al día siguiente pasé el tiempo en una especie de ensoñación permanente, sin enterarme mucho de lo que ocurría a mi alrededor, como si hubiera activado el piloto automático y mi cuerpo actuara por sí mismo empleando el mínimo de energía posible, con mis capacidades centradas con carácter de exclusividad en el tema al que no dejaba de darle vueltas.

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martes, 28 de mayo de 2013

LA CASA DE LOS CEREZOS VI

Otro de la tanda de cortitos:


LA CASA DE LOS CEREZOS
por L. G. Morgan





6. De película

El Señor Antón vivía en la casa de al lado, con una hija soltera con la que no se llevaba demasiado bien. Bueno, ‹‹ni él ni nadie›› –según me dijo.
         Tenía otra hija casada que le había dado dos nietos, ya mayorcitos, pero vivían en Valencia y se veían solo unas cuantas veces al año. Esperaba con ansiedad su visita como cada año esas Navidades.
         —Yo también veré a mi madre en Navidad –le dije–, viene de vacaciones.
       
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lunes, 27 de mayo de 2013

LA CASA DE LOS CEREZOS V

Y volvemos al ataque:

LA CASA DE LOS CEREZOS
por L. G. Morgan





5. Un socio inesperado

Con el ánimo fortalecido por una firme resolución a mitad de la semana siguiente volví a la carga.
         Tras sopesar cuidadosamente las posibles opciones elegí el momento más prometedor: las 8.30 de la mañana, cuando se suponía que yo debía dirigirme al colegio.
         La casa estaba en una calle tranquila que no era de paso. La mayoría de los vecinos, como había deducido por la edad que aparentaban los que había tenido ocasión de ver, eran jubilados, y ya que no tenían obligación de madrugar yo esperaba que durmieran hasta más tarde y me dejaran el campo libre.
       
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viernes, 24 de mayo de 2013

LA CASA DE LOS CEREZOS IV

Hoy uno cortito, de viernes :-)


LA CASA DE LOS CEREZOS
por L. G. Morgan








4. Apariciones 

Pasé algunos días sin acercarme a la casa, necesitaba digerir la última experiencia, analizar los datos, elaborar la estrategia a seguir, tomar las medidas pertinentes... Naturalmente, al final no hice nada de todo ello. 


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jueves, 23 de mayo de 2013

LA CASA DE LOS CEREZOS III


LA CASA DE LOS CEREZOS
por L. G. Morgan




3. La casa


Normalmente, si uno piensa en fantasmas u oye hablar de casas encantadas, enseguida imagina castillos remotos, a poder ser ingleses o escoceses, o vetustas mansiones señoriales enclavadas en el campo, alejadas del mundanal ruido. Como mucho, algún recoleto palacete de ciudad, antiguo a más no poder y rodeado de leyendas y misterio.

         Hasta aquel entonces ...............................................................................................

lunes, 20 de mayo de 2013

LA CASA DE LOS CEREZOS II

Pues tras algunos problemillas técnicos aquí está, el segundo capítulo. Sigo afinando el tema descargas, no desesperar :-)

LA CASA DE LOS CEREZOS
por L. G. Morgan 


2. Habemus caso

Esperaba mi turno una mañana de sábado tras el mostrador de la lechería que había en el Querol. El tiempo se estiraba con pereza, bostezando su aburrimiento en la calma de las calles casi vacías y los comercios recién abiertos. Recuerdo que pensé que el día no parecía prometer muchas emociones y empecé a bostezar yo también.
       Todo cambió para mí cuando entraron en la tienda dos señoras de mediana edad, hablando entre ellas, y se pusieron detrás de mí.
       
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viernes, 17 de mayo de 2013

LA CASA DE LOS CEREZOS I

Bien, aquí llega el primer capítulo de la novela. Como siempre, agradezco cualquier comentario u opinión. Como ya dije, se trata de un campo de pruebas donde practicar y pulir. Así que, todo lo que digáis me/nos servirá de aprendizaje.
El tema de la descarga para e-reader que me comentabais algunos está en marcha. En cuanto pueda pongo el PDF en Googlesites.


LA CASA DE LOS CEREZOS

por L. G. Morgan



1. Yo y mis circunstancias 

Cuando miro atrás todavía me sorprende la exactitud con la que recuerdo algunos detalles, el grado de nitidez con que aparecen dibujados en mi memoria incluso los aspectos menos importantes, que parece que atesoro como un coleccionista tacaño. Cada color, cada voz y cada gesto están cuidadosamente preservados y han permanecido intactos, milagros de la memoria o tal vez de la nostalgia, que nos trae el sabor y el olor de otra época para que podamos revivir en cierto modo el tiempo que ya pasó.

El escenario de mis recuerdos, el telón de fondo que sirve de decorado a aquellos días, es un Madrid alfombrado de hojas amarillas; lluvioso, húmedo, y no obstante resplandeciente, cualidad que solo es capaz de fingir el cielo madrileño aquellos días de luz radiante que nos regala de vez en cuando el otoño, estación que, por otra parte, creo que es la que mejor le sienta a esta ciudad de primaveras efímeras y veranos tórridos.

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jueves, 16 de mayo de 2013

LA CASA DE LOS CEREZOS


Hace algunos años escribí una novela, La casa de los cerezos, que me sirvió como campo de pruebas en esto de las acrobacias literarias. Fue una historia que empezó con vocación de relato, para luego ir creciendo por sí misma sin que yo tuviera demasiada parte en ello. Las historias son así, tú crees que surgen de ti, que te salen de dentro, y aspiras ingenuamente a que, por ese mismo motivo, su control te corresponda. Pero no suele ser así, a menudo se rebelan y acaban haciendo lo que les viene en gana, con bastante poca consideración por los planes que tú te hayas trazado. Nada de “aquí empieza todo, aquí viene el nudo y allí acaba el desenlace”. No, señor, la historia viene a empezar más o menos donde pensaste, pero a partir de ese punto… Nunca sabes en qué, ni dónde ni con quién, acabará.
Un día mi madre vino a mi casa después de haber estado con unas amigas. Traía noticias frescas, desacostumbradamente esotéricas, sobre una casa que estaba a la venta en mi barrio. Según sus amigas, la citada casa estaba encantada, esto es, tenía fantasmas.
¡¡¡Fantasmas!!! Yo adoro a los fantasmas. Esos seres inaprensibles, tan misteriosos y esquivos, tan de otro tiempo, me parecen irresistibles. ¡¡¡Y en mi barrio!!! Tendríais que verlo, uno de esos lugares que puedes encontrar en la periferia de cualquier ciudad grande, anodino y feo, totalmente funcional. ¡Fantasmas aquí, a la puerta de mi casa! (Como quien dice). Que esto no son las Highlands escocesas, con sus vetustos castillos, precisamente.
Bueno, el contraste me hizo mucha gracia, y empecé a darle vueltas a la idea de una historia con tintes sobrenaturales en semejante entorno, insulso de puro realista. Ya estaba enganchada sin remedio.
Así nació Daniel, un chaval de 13 años que surcaba el mundo en una bicicleta. Con un destino vital prefijado de antemano: sería mi héroe, investigador de fantasmas y "desfacedor" de entuertos. Y vendría a lidiar con un misterio como no se había conocido otro en Manoteras.
Hoy quiero presentaros a este viejo amigo mío, para que os cuente su historia durante las próximas semanas. Cada dos o tres días subiré un capítulo (tiene 18) hasta completar la novela. Espero que sea de vuestro agrado.
Salud, y que la disfrutéis (glups, o eso espero).



LA CASA DE LOS CEREZOS

por L. G. Morgan
Suele decirse que todos tenemos algún cadáver enterrado en el jardín. O algún esqueleto escondido en el armario esperando ser descubierto.
       Que si escarbamos tan solo un poco en el pasado de cualquier persona aparecen secretos ocultos e inconfesables. Y hasta los más inofensivos son cuando menos eso: secretos. Datos, objetos o sucesos que alguien camufló celosamente y escondió de manera premeditada del conocimiento de los otros. Aquel otoño extraño en Madrid, que se hallaba en su apogeo, frío y lluvioso como pocos, marcaría un final para mí. Y aquella Navidad rara y especial, distinta de cuantas había conocido hasta el momento, llevaría a mi vida prodigios inescrutables, como ambiguos regalos de los Reyes Magos, y de alguna forma señalaría un comienzo.
       Ambos me iban a proporcionar, a veces a mi pesar, inesperados descubrimientos, certezas y revelaciones que habrían de llevarme a pensar cuánto hay de cierto en tales afirmaciones populares, sobre secretos y misterios. Cuán literales resultan todas esas cosas que se dicen sin pensar; como si repitiésemos algo que no acabamos de creer pero que de tanto oírlo adquiere peso suficiente para formar parte de nuestro bagaje vital.
       Aquel tiempo ha quedado para siempre grabado a fuego en mi memoria y a menudo me sorprendo volviendo una y otra vez a aquellos días, como si hubieran llegado a ser, breve espacio en la totalidad de una vida, el momento esencial que llegaría a determinar mi peso específico como persona. O como si tuviera que remitirme a aquellas experiencias para entender lo que soy. Como si pudiera, en suma, hallar en ellas y en quienes conmigo las compartieron el origen primero, todo lo que es inmutable y permanente: los cimientos básicos sobre los que he construido el resto de mi vida.
MAÑANA EL PRIMER CAPÍTULO
(Si no la edición se hace imposible)


lunes, 13 de mayo de 2013

Recursos para escritores en el limbo

Bien, pues hasta aquí el análisis de la situación. Ahora toca buscar opciones disponibles.
-      Una opción para darte a conocer y que te lean, incluso para "venderte" cuando logras publicar, son las redes sociales. Es cierto que no es una herramienta definitiva, pero es un buen lugar de intercambio de todo tipo de contenidos. El problema vuelve a ser el exceso de oferta frente a la capacidad de la demanda. Yo veo cada día un montón de información que me interesa en facebook pero que solo puedo "investigar" en un 30, 40 % máximo (y creo que es mucho).
Bien, así es la vida; no es algo perfecto pero puede ayudar. Yo me lo tomo como un medio de llegar a una serie de gente con la que solo, o casi, me encuentro por allí.
-      Blog personal, web, etc. Aquí el problema es el número de lectores/visitas. De nuevo, tampoco es la panacea, pero puede ayudar. Principalmente porque te permite escribir lo que te da la gana y tratar temas que para ti son interesantes. Mi experiencia es que, con tiempo y esfuerzo, su difusión aumenta.
Son tu escaparate, el lugar donde muestras quién eres como escritor.
-    Concursos.  Creo que pueden ser un modo de hacer curriculum. Pero si de verdad quieres dedicarte a ello, que te dé algo de dinero, es imprescindible hacer como dice Ernesto Fernández Weiss: tienes que "profesionalizarte". Leerte premiados anteriores, enterarte del perfil del jurado (importante lo que dice de conocer las opciones políticas o los valores sociales de los convocantes), del estilo que les suele llegar. Buscar algo novedoso dentro de lo que se lleve en el momento. Yo recuerdo una época que llamo "tipo Roncagliolo". De pronto estaba hasta en la sopa, él y otros nombres relacionados. Se llevaba un cierto pluralismo –por lo tanto, el castellano hispanoamericano con sus giros y características–, y vivencias de la noche, de drogas (pero más bien light, sofisticadas) y polvos relámpago. Otras veces, en otros concursos, he visto un lenguaje tipo Delibes actualizado, más seco, rural y duro.
Pero los concursos no te dan mucha visibilidad (fuera, como he dicho, de ventajas de curriculum y pasta, nada desdeñables). Personalmente, mi época de concursos ha pasado. Me la sopla escribir sobre ideas o política ajenas porque el jurado sea contrario, y no por cuestiones morales o de principios sino porque no me compensa el esfuerzo. No es nada fácil ganar un concurso con dotación económica, y los sucesivos fracasos me proporcionan más inseguridad que el logro o beneficio que me daría, o me ha dado el premio. Así que solo participo en concursos donde pueda aprender algo. El Hislibris me gusta mucho, por las opiniones numerosas, y bien fundamentadas en su mayoría. Y porque son lectores muy atentos. El Calabazas funciona en el mismo sentido, gracias a las vivisecciones de OcioZero. El Monstruos de la Razón, el Teseo...
-    Autopublicación, en el medio que sea. Un sistema perfectamente válido. Pero con el problema de la difusión. Dependerá de la capacidad de venta de cada uno. Habrá gente con mil contactos, que además tengan cierto poder adquisitivo, y luego la mayoría: familia, amigos y poco más. Dependerá del objetivo de cada uno en cada momento, solo hay que tener claro qué se quiere conseguir. Lo de publicar gratis no acabo de verlo: mi opinión es que la gente, en general, no valora lo que obtiene gratis. Suele pensar que si das algo por nada es que vale eso, nada. Yo publico gratis de vez en cuando, pero mi objetivo ahí es otro; tal vez un proyecto experimental, tal vez que sirva como ejemplo de lo que llevo entre manos, para dar una primicia, un avance de algo...
-    Envío a editoriales: Pues aquí solo me he curtido tres o cuatro veces. Ya sabemos que es bonoloto, pero merece la pena hacerlo también en plan "profesionalización". En cualquier trabajo, tú tienes que aprender a hacer C.V., a planificar una búsqueda de empleo de forma sistemática, a manejar entrevistas, etc. Esto es igual, es un proceso inevitable. Además de escribir, hay que aprender esas otras cuestiones. Y como no es fácil (yo lo veo francamente chungo), creo que viene bien el ejercicio. Actualmente, los trabajos y las profesiones se redefinen, los puestos ya no están estrictamente delimitados sino que engloban áreas que antes se hallaban separadas. Cualquier profesional debe ocuparse de hacer su trabajo específico y además venderlo, facturarlo, etc.
Sobre el tema de los envíos editoriales hace tiempo que vengo escuchando el mismo consejo: Las editoriales suelen estar desbordadas de manuscritos y agradecen un filtro previo, es decir, mejor mandar una propuesta editorial. ¿En qué consiste? Se suele remitir una carta de presentación, curriculum del autor, ficha técnica de la obra donde se especifique el género en el que se encuadra, el público objetivo al que va dirigida, el número de páginas, capítulos, etc. Junto a ello va una sinopsis y algún fragmento de la obra, si es novela servirán normalmente un par de capítulos. Si quieren el manuscrito entero ya te lo pedirán, de momento NO AGOBIEMOS.
Y luego… Se recomienda el ejercicio de la (santa) paciencia, las evaluaciones de los editores tardan entre tres y doce meses en llegar… Caso de que lleguen.
-     Agentes literarios: Me comentaba hace poco Ángeles Pavía, lectora y correctora profesional, que para ella es el mejor camino actualmente. Que las editoriales no dan oportunidad a los desconocidos y que es más fácil, dentro de que no lo es, por este medio. Por otra parte, advierte Fernando Martínez Gimeno, lector profesional también y reseñista: “Hace un año o dos las editoriales estaban a tope de manuscritos y la gente se fijó en los agentes. Ahora son los agentes los que están a tope de ellos. Pero vamos, las editoriales siguen recibiendo varios cientos de historias anualmente”. Igual que con todo lo demás, que no es jauja ya lo sabemos, cada cuál que decida por sí mismo pero, al menos para mí, sigue siendo una opción a considerar, otra oportunidad a tener en cuenta.

 
Por último, consideremos la promoción que hemos de asumir nosotros mismos si queremos llegar a ampliar nuestro radio de influencia, o más concretamente, nuestra cuota de público. No podemos esperar que lo hagan por nosotros, el presupuesto de las editoriales para la promoción se agota en los libros que juzgan con vocación de best-seller. Por lo tanto, tenemos que ser nuestro propio departamento de marketing. Lo básico, no lo olvidemos, es tener un buen material (la magna obra que revolucionará el mundo literario mundial y bla, bla, bla…). Luego está crearnos una marca y difundirla, primero en una web propia o blog, luego en redes sociales y en los cientos de foros de lectura que existen en la red.
Pero en realidad solo hay una conclusión posible para todo esto, una sin la cuál el resto es imposible: ¡ESCRIBE!, ahora mismo, ya conoces tus opciones y el camino a seguir, así que déjate de zarandajas y ponte de una maldita vez.
¡ESCRIBE! Y que las musas te sean propicias.
La gloria no fue nunca para los tibios.

sábado, 11 de mayo de 2013

Recursos para escritores en el limbo


Últimamente he sostenido varias conversaciones con colegas escritores que giraban sobre lo mismo, a saber, el desánimo ante lo que parece ser un estancamiento de nuestros respectivos proyectos. Claro que, en esto de escribir, hablar así en general de proyectos puede sonar arriesgado. Pero no es así, los “desanimados” de marras parecíamos tener quejas muy similares, y hacíamos un análisis de la situación bien parecido. El problema es que hemos vivido en ligero sentido ascendente pero en cambio, en estos momentos, nos parece que la línea se ha vuelto plana cual riachuelo atascado en la meseta.
Cuando uno empieza a escribir, en realidad cuando empieza a escribir para otros –es decir, cuando llega a la fase en que realmente quiere que otros le lean y valoren su trabajo–, suele empezar animándose a mostrar sus relatos, artículos y novelas, caso de haberlas, a la familia, los amigos, algún escritor conocido que sea de confianza, algún club, profesor… A todo aquel al que pueda torturar impunemente y del que pueda sacar, con alta probabilidad, palabras de ánimo. Al mismo tiempo que va cosechando esas primeras críticas amables, sus esperanzas y sueños van afianzándose y tomando forma definida, pues estos entes, los sueños y esperanzas, tienen la característica universal de crecer y desarrollarse con prontitud, y gustan de apuntar cada vez más alto. Entonces uno se dice: ¿Qué tal si ahora probara en la arena más gloriosa de los concursos literarios? Ganar sería la leche, pero incluso una mención, un accésit, estarían de brutísima madre y me servirían para ver si aquí hay o no material. ¿Qué tal si colgara mis escritos en foros, webs o blogs literarios? Sería una forma de mostrar mi trabajo a otros y de compartir impresiones con gente con las mismas aficiones. ¿Y si consiguiera “la publicación”, el SUEÑO con mayúsculas? Ahí, sin duda, empezaría todo.
Bien, es posible que lo consigas, a eso llegas. De algún modo, normalmente modesto en un principio, tarde o temprano consigues verte en digital y/o en papel en una publicación “seria”; maquetada como es debido. Ese momento es glorioso, inolvidable, y te da fuelle para una temporada. Cuando yo tuve mi primer retoño en papel me pasé varios días andando a dos o tres palmos del suelo, con una sonrisilla incrédula tatuada en mi cara.
El siguiente paso es tratar de repetir el experimento, no sea que la flauta haya sonado por pura casualidad. Para ello: escribir y escribir. Y aprender y aprender. Tratarse con otros escritores, medirse con ellos, escuchar y dar opiniones, conversar sobre temas, estilos y demás cuestiones literarias. Y aprender, y aprender. Y escribir y escribir. No hay otra. Venciendo las sequías y las perezas. Obligándote al próximo paso y el próximo reto. Que todo tiene sus frutos, te dices con la moral por las nubes. Y poco a poco, se van añadiendo al primero exiguo curriculum, líneas que lo hacen engordar satisfactoriamente: premios o menciones, publicaciones nuevas, contactos… Y tu horizonte se amplía y parece que se expande como hacen las galaxias: nuevos medios, nuevas gentes, nuevos métodos. Otro peldaño, otro paso que, por pequeño que sea, te acerca un milímetro más al sueño final.
Pero, ¿qué pasa a partir de ahí? Porque llega un momento, y no hablo solo por mí, sino por varios compañeros que, como yo, se encuentran en ese mismo punto crítico; llega un momento, digo, en que no se ve nada claro que se sigan subiendo escalones. Una publicación más ya no causa el mismo impacto, si es en las mismas condiciones. Y tampoco parece que a uno le vaya leyendo más gente que antes, ni que obtenga más comentarios ni que despierte más interés. Lo peor es que no tiene pinta de que eso vaya a ir a mejor en un futuro.
Así que analiza la situación y va definiendo los problemas. Hay uno que salta a la vista, como señalaba hace poco Raelana Dsagan, escritora: hay pocos lectores.
Es un tema muy sonado en los últimos tiempos, que se publica mucho y se lee lo mismo o menos. Reconozcámoslo: es más fácil publicar. No hablamos de en qué condiciones, pero es un hecho que hoy día es más fácil publicar. Y somos muchos, muchísimos, los escritores, consagrados, aspirantes y todos los grados intermedios. ¿Y quién no tiene un blog o una web desde la que escribe artículos, relatos o ensayos? Hasta capítulos de novelas.
Los lectores, que no han aumentado proporcionalmente, se enfrentan a una maraña de ofertas cuasi infinita, que para más inri dura muy poco en el escaparate y cambia constantemente. Que compite con otras mil posibilidades de ocio, muchas más “directas”; cómodas y fáciles de digerir. Pensemos al respecto en otras épocas, ¿cuántos autores tenía que conocer una persona para sentirse culta y “leída”?, ¿y ahora? ¿De cuántos países y cuántas lenguas le llegaba la literatura?, ¿en cuántos formatos?
Un segundo problema, quizá menos evidente para quien no mira al mundillo desde dentro, es el que señalaba Luis González Moreiro, Odín: “Nos leemos entre nosotros”.
¿Qué quiere decir? Que cuando has logrado ser re-conocido, hasta cierto punto, entre un reducido sector de público y quieres “exportarte” a otros, te das cuenta de que esa cuota conquistada la forman otros como tú, que aspiran a lo mismo que tú y que tienen tus mismas trabas. Lo que es un problema, evidentemente. Porque está genial relacionarte con otros escritores con quienes tienes tanto en común. De hecho, yo creo que no hay mejor taller literario que intercambiar textos y opiniones críticas con otros compañeros. Pero claro, como público lector no te sirve de nada. Necesitas encontrar otros entornos configurados principalmente por lectores "puros", no contaminados, gente que disfrute de verdad leyendo un libro sin preocuparse por su estructura, o la definición de los personajes, o si el ritmo es el adecuado. A esos lectores puros, una novela les gusta o no les gusta, y no hay más. Los análisis intelectuales para los críticos.
Hace un tiempo comentaba con otro amigo escritor, Juan Ángel Laguna Edroso, que llevaba una temporada en que no lograba disfrutar tanto leyendo como antes. Me costaba horrores meterme de lleno en un libro, porque no podía evitar estar pendiente de esas cuestiones más técnicas de construcción de la novela. Algo así como estar pendiente todo el tiempo de los hilos o el engranaje que sostiene a las marionetas. Y así la historia pierde magia lo quieras o no.
Y eso es porque, incluso cuando ejercemos de lectores, tenemos casi siempre una cierta deformación escritoril. Lo que viene de lujo cuando se trata de un concurso, un foro de escritores o una mesa redonda. Pero que nos cambia la visión respecto al lector que solo es lector, y es a quien te interesa llegar de verdad.
(Continuará…)

 

miércoles, 1 de mayo de 2013

1 de Mayo

Hoy es 1º de mayo, Día internacional de los trabajadores, así que vamos a hacer un breve repaso de qué es lo que conmemoramos hoy.

Wikipedia dixit:
Revuelta de Haymarket
El incidente de Haymarket o revuelta de Haymarket fue un hecho histórico que tuvo lugar en Haymarket Square (Chicago, Estados Unidos) el 4 de mayo de 1886 y que fue el punto álgido de una serie de protestas que desde el 1 de mayo se habían producido en respaldo a los obreros en huelga, para reivindicar la jornada laboral de ocho horas. Durante una manifestación pacífica una persona desconocida lanzó una bomba a la policía que intentaba disolver el acto de forma violenta. Esto desembocó en un juicio, años después calificado de ilegítimo y deliberadamente malintencionado, hacia ocho trabajadores anarquistas, donde cinco de ellos fueron condenados a muerte (uno de ellos se suicidó antes de ser ejecutado) y tres fueron recluidos. Fueron denominados Mártires de Chicago por el movimiento obrero.
Posteriormente este hecho dio lugar a la conmemoración del 1 de mayo, originalmente por parte del movimiento obrero, y actualmente considerado en la gran mayoría de los países auto denominados democráticos (exceptuando los Estados Unidos, el Reino Unido y el Principado de Andorra), el Día internacional de los trabajadores.

¡¡La jornada laboral de 8 horas!! Flipante, ¿no?, cuando es algo que tenemos asumido como absolutamente normal y básico. Decía yo en fb que, en este aspecto, somos como los niños, que nos hemos encontrado con tantas cosas ya conseguidas que no las valoramos, como si siempre hubieran estado ahí, como si no hubieran costado la vida y la libertad de quienes lucharon por ello.
¡Gloria eterna a los Mártires de Chicago! Gloria a todos los héroes anónimos que lucharon por un mundo mejor, fuera en la esfera que fuera. Descansen en paz.