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martes, 12 de mayo de 2015

FLAPPERS FAMOSAS - 2

HOY HABLAREMOS DE...



Clara Bow

Fue una de las grandes personalidades femeninas del cine mudo de Hollywood, y una de esas mujeres que pusieron imagen al concepto de New Woman del que hemos hablado en entradas anteriores.
         Nació en 1905 en New York (***), en el seno de una familia pobre y disfuncional, que la desatendió en su niñez y apenas le proporcionó ninguna clase de educación.
         Obtuvo su primer papel en el cine gracias al concurso que la revista Fame and Fortune organizó en 1921, pero sus escenas serían descartadas en la cinta final. A partir de ahí comenzó su andadura para labrarse una carrera en el cine, primero a base del éxito obtenido en diversas pruebas de fotogenia y en pequeños papeles, donde fue ganándose poco a poco a la audiencia. Se consolidó definitivamente como una estrella en 1925, con la película Días de colegial y llegó a la cima de su popularidad tan solo dos años después, en 1927, con la película Ello (It), que la catapultó a la fama y a la vez la definió para siempre.
         En lo sucesivo sería conocida como la "It Girl" por excelencia, la chica que tenía ese algo, "ese extraño magnetismo que atrae a ambos sexos, completamente inconsciente, lleno de confianza en sí mismo, indiferente al efecto que produce y no influenciado por otros", tal como apuntaba su propio personaje en el film.

                                                           





Pero aunque la fama le había llegado de la mano de su trabajo como actriz, principalmente a causa de su belleza y ese magnetismo del que hablamos, puede decirse que fueron los escándalos de su vida privada, principalmente en el terreno sexual, los que contribuyeron a mantenerla en la cima y, después, los que hicieron que se la condenara como un elemento indeseable a extirpar del mundo del cine.
       El resto de las mujeres no la apreciaban, debido a su comportamiento juzgado como libertino y a las rivalidades. Y para los hombres solo poseía un aspecto a tener en cuenta. De hecho, fue una queja frecuente suya el que sus papeles solo explotaban sus cualidades físicas, pero carecían de profundidad y relevancia.
         Clara no había recibido educación, era vulgar y hablaba con acento de los barrios bajos. En los actos sociales desentonaba, incluso en sus propios estrenos. Descarada, promiscua e independiente, era, en definitiva, un filón que explotar en la pantalla pero un desastre social con el que los estudios tenían que lidiar en la esfera pública.
         Entre 1927 y 1931 Clara participó en algunas de las películas más famosas y taquilleras de Hollywood, como Hula o la oscarizada Alas. A partir de ese momento, sin embargo, su estrella empezó a declinar, debido principalmente a las revelaciones que su última secretaria hizo a la prensa, que aireaban todos los pormenores de la activa vida sexual de la actriz.
         Se convirtió en la comidilla de los medios, y el público empezó a despreciarla. Al mismo tiempo, la irrupción del sonoro la obligó a realizar una serie de esfuerzos excesivos, con jornadas de trabajo agotadoras y la consiguiente tensión y desgaste físico. Los estudios de cine, trabados en feroz carrera debido a la necesidad de labrarse un hueco en el nuevo panorama, exigieron de ella más que lo que ninguna otra estrella del momento fue capaz de hacer.
         Todo ello le ocasionó una grave crisis psicológica, con episodios depresivos y la agudización de sus, ya habituales, problemas de insomnio. Cuando por fin consiguió recuperarse se encontró con un triste panorama: la Paramount había rescindido su contrato y tenía que volver a empezar.
         En 1931 se casó con el también actor Rex Bell, con quien tendría a sus dos hijos. En 1933 Clara haría su última película, Hoopla, que tuvo un éxito discreto. Tenía 28 años y decía adiós al mundo del cine. Su marido iniciaría entonces una carrera política, mientras Clara reconvertía su vida para interpretar, en adelante, solamente el papel de madre y esposa.
         Aunque parece que fue relativamente feliz con su nueva condición, no logró superar nunca el cese de su propia carrera y el abandono del mundo que conocía. Sus problemas mentales fueron en aumento, hasta que en 1944 intentó suicidarse. En 1949 fue diagnosticada de "esquizofrenia", ¡qué curioso, como Zelda Fitzgerald! Puede que fuera una enfermedad contagiosa entre las mujeres de aquellos años, frustradas en sus dotes artísticas y que vivían a las sombra de sus maridos. Aunque hay que apuntar también, en el caso de Clara, que esta guardaba horribles recuerdos de su infancia y adolescencia, como que su madre tenía que ejercer la prostitución durante las largas ausencias del padre. O que este abusó de Clara tras ingresar a su madre en un asilo. O la pobreza y el abandono... En definitiva, una infancia de dolor y privaciones que le impidió desarrollar la serie de recursos que son imprescindibles para enfrentarse a la vida, máxime tratándose de una vida agitada e intensa como la suya. Lo cierto es que, con semejante biografía, debería haberse vuelto majara mucho antes. Pobre Clara.
         Empezó entonces para ella una lucha infructuosa contra la enfermedad, con tratamientos que incluían los famosos electro-shocks, que no cesaría hasta su muerte, en 1965, de un ataque al corazón. Su marido había muerto, también de un infarto, en 1962, y Clara había pasado los últimos años viviendo discretamente en Los Ángeles, al cuidado constante de una enfermera.
         Hay una frase suya muy clarificadora sobre la idea que tenía de sí misma y de la vida que había llevado, escandalosa pero que no dañaba a nadie:

"Mi vida en Hollywood contuvo mucho alboroto. Lo siento mucho, pero no tremendamente. Yo nunca hice nada para lastimar a nadie. Me hice un lugar en la pantalla y no puedes hacerlo siendo como la idea que la Sra. Alcott tenía de una Mujercita”.

Creo que eso lo resume todo. Definitivamente, Clara Bow no fue una buena chica. Porque no se atuvo a ninguna de las convenciones que eran exigencia obligada para las mujeres. Y solo por ello estaba condenada de antemano.
         Ya sabéis lo que pasa: las malas chicas no van al cielo.

(***) Un estupendo blog, donde podéis conocer en profundidad la biografía completa de Clara Bow es: EL EDÉN SIDERAL

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