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viernes, 22 de octubre de 2021

#votaporLaSayyida


Eso es exactamente lo que digo siempre sobre mi proceso creativo. Lo que creamos, las historias que construimos y plasmamos luego en el papel, forman parte inseparable de nosotros mismos. Si lo hacemos bien. Porque es la manera de dejar alguna huella de nuestro paso, del nuestro y de nadie más.


Os recuerdo que se puede seguir votando por vuestro relato preferido hasta el 10 de noviembre. Aquí, en este enlace:

sábado, 16 de octubre de 2021

#VotaPorLaSayyida

 

...Sara no acertaba a imaginar cómo se iban a recomponer después de aquello. Primero, el incendio del olivar nuevo, que apenas habían acabado de sofocar en las primeras horas de aquella misma noche. Y ahora esto. Parecía como si una maldición les hubiera caído encima, empeñada en destruir todo por lo que había luchado los últimos años.

Contuvo las lágrimas y aceleró hasta el fondo, impulsada por una sensación de catástrofe que no le permitía perder un minuto. Y, con decisión, se metió de cabeza en la tormenta.

Si quieres apoyar mi relato, #votaporLaSayyida en:

https://votacionpremiorelatocortoolivar.es/votar.php?fbclid=IwAR28fb7N0ozhx0Iz354z4dUD2wWT86AT6hTVKXXAKQFEDmfOW4JAFlmqKs8


lunes, 11 de octubre de 2021

Cuentos del Oro Verde


Hace poco más de un mes, escribí una entrada donde os contaba mis aventuras en la tierra de olivos de la imaginación:

Una de las muchas cosas que tengo que agradecerle a la Literatura es que siempre me lleva a descubrir gentes, paisajes e historias fascinantes que de otro modo no habría conocido. Son ya muchos los viajes, reales o imaginarios, que han venido impulsados por algo que estaba escribiendo en ese momento. He pateado castillos que había encontrado en algún proceso de documentación; ciudades, pueblos y bosques descubiertos mientras ideaba entornos para alguna escena y me nutría de imágenes encontradas en la Red. Y así, en medio de este proceso de búsqueda hasta la cosa más cotidiana, como en este caso, el aceite de oliva, adquiere tintes de magia y misterio, contemplado desde el otro lado del teclado, el del escribiente.
         No es solo lo que le pones tú —que también, el «filtro» que aplica uno cambia los colores de lo que se mira—, sino lo que te muestra al abrirse a tus ojos por primera vez, con la emoción de quien desenvuelve un paquete de regalo. Esas vidas de gente, esos sucesos pasados, esa luz que tienen de distinta los paisajes según quien los haya retratado.

En este caso, el Oro Verde, esa esencia de nuestra cultura y nuestra memoria —pues qué es la gastronomía sino registro de sabores y olores heredados— me ha llevado a una inmersión que ha cristalizado en este relato que aquí os presento:


Podéis leerlo completo en la página web de la Asociación que lo organiza: Más que cuentos.




Además de leer y comentar, en el concurso también se puede VOTAR, una vez al día durante 30 días. ¿Cómo se hace? Pues bien, hay que entrar en este enlace:


Y votar por tres relatos (los mismos tres cada día u otros distintos). El mío es el número 154, por si os gusta y queréis darle vuestro voto. Después tenéis que ir a vuestro correo y confirmar el voto haciendo click en el enlace que os habrán mandado. Y ya está. Así cada día hasta que os aburráis XD
         De estas votaciones populares saldrán dos relatos con premio. Y luego habrá otros dos, concedidos por un jurado profesional que seleccionará los relatos que a su juicio tengan mayor calidad literaria en su conjunto.
         Importante: entre los votantes (os identifican por vuestro e-mail) se sortearán lotes de productos oleícolas. Cada vez que votéis se os asigna un número, así que cuantos más votos, mayor posibilidad de premio.
         Gracias de antemano. Y que el hada de los campos os recompense.