Julia Ward, by John Elliot and William H. Cotton |
¡Levántense, mujeres de hoy! ¡Levántense todas las que tienen corazones, sin importar que su bautismo haya sido de agua o lágrimas! Digan con firmeza: 'No permitiremos que los asuntos sean decididos por agencias irrelevantes. Nuestros maridos no regresarán a nosotras en busca de caricias y aplausos, apestando a matanzas. No se llevarán a nuestros hijos para que desaprendan todo lo que hemos podido enseñarles acerca de la caridad, la compasión y la paciencia'. Nosotras, mujeres de un país, tendremos demasiada compasión hacia aquellas de otro país, como para permitir que nuestros hijos sean entrenados para herir a los suyos. Desde el seno de una tierra devastada, una voz se alza con la nuestra y dice '¡Desarma! ¡Desarma!' La espada del asesinato no es la balanza de la justicia. La sangre no limpia el deshonor, ni la violencia es señal de posesión. En nombre de la maternidad y la humanidad, les pido solemnemente que sea designado un congreso general de mujeres, sin importar nacionalidad, y que se lleve a cabo en algún lugar que resulte conveniente, a la brevedad posible, para promover la alianza de diferentes nacionalidades, el arreglo amistoso de cuestiones internacionales.
Julia Ward Howe, Proclama del día de las madres
En 1870 Julia Ward escribió estas palabras como expresión de un sueño: unir a las madres de todo el mundo en contra de la guerra. No lo consiguió entonces, pero su sueño no murió por completo, su pensamiento y sus palabras influirían en un puñado de mujeres, que se esforzaron por "humanizar" en lo posible las condiciones de los soldados que lucharon, en ambos bandos, en la Guerra Civil americana, y continuaron su ideario pacifista. Más tarde se promovió la creación del "día de las madres" que, a partir de 1914, se celebraría en Estados Unidos cada año el segundo domingo del mes de mayo.
Como muchas otras iniciativas loables, acabó siendo utilizada con fines comerciales y ya pocos recuerdan cuál fue el origen de dicha fecha, celebrada en gran parte de países del mundo, ni a la mujer que lo concibió.
¡Vaya por ti, Julia Ward!
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