Calentito, calentito... Casi acaba de salir a la venta (hace un mes escaso), en papel y en formato electrónico, el libro "La sombra de Polidori" (Ed. Saco de Huesos). Se trata de una antología de relatos de temática vampírica en la que he participado, y que pretende ser un homenaje al autor de todo un clásico como es El vampiro, novela de 1819 producto de la pluma (literalmente) de John William Polidori.
Para quien no lo conozca, estamos hablando de un guapo mozo; bastante muerto, eso sí XD, que fue compañero de correrías de lord Byron. Se ve que la criatura mantenía con el insigne, y muy crápula, poeta inglés una de esas relaciones amor-odio, que resultó para nuestro amigo un tanto inspiradora y un mucho destructiva.
John William Polidori, by Gainsford |
La narración de Polidori supuso una revisión muy personal del ya conocido mito del vampiro, de gran calado para la literatura posterior. Su Lord Ruthven iba a definir en nuestra imaginación la imagen del vampiro que ha llegado hasta nuestros días: un aristocrático seductor, capaz de absorber la esencia vital de sus víctimas tanto a nivel físico como psicológico, adueñándose de sus almas al tiempo que les arranca la sangre vital.
La antología, auspiciada por la editorial Saco de Huesos a través de la web OcioZero, ha sido compuesta con los relatos seleccionados en el siguiente concurso: http://www.ociozero.com/foro/34572/ii-concurso-homenaje-a-john-william-polidori-bases
El funcionamiento del mismo, igual al de otros certámenes similares, como el de Hislibris o el Monstruos de la Razón, implica exponer públicamente todas las obras que concursan, con o sin seudónimo; leer y comentar también en abierto, y por último calificar los relatos en una escala del 0 al 5.
De este modo, al autor se le permite contemplar la acogida y valoración que tiene su relato, todo un privilegio, y además poder ejercer de crítico y jurado si quiere, algo que sirve de extraordinario aprendizaje para cualquier lector y/o escritor, y ayuda a percibir subjetividades y a relativizar opiniones, tanto a favor como en contra.
Y ya nada más, me dejo de rollos y procedo a presentar a la criatura, que es quien mejor puede hablar sobre sí misma.
Y AQUÍ LOS RELATOS Y LOS AUTORES:
El vampiro, por John William Polidori (Traducción de Juan Ángel Laguna Edroso)
El bosque del arcoíris, por Pedro Moscatel
Tres monumentos a mi agonía, por Ángeles Mora
Vampiros en La Habana, por Covadonga González-Pola
Defixio, por Gloria T. Dauden
Comer con los ojos, por Gema del Prado Marugán
Te doy mi sangre, por L.G. Morgan
El origen de los hematófagos, por Ángel Elgue
Billion Dollar Betsy, por Javier Fernández Bilbao
La dulce Núria, por Óscar Muñoz Caneiro
Los dos mundos de Lord Barrymore, por Edgar Sega
Sangre, Billy Idol y la Carretera de los Muertos, por Sergio Pérez-Corvo
Sangre, por Enrique Cordobés
Negocios, por José Manuel Fernández Aguilera
Cuando se supone que una madre abraza a un monstruo, por Ignacio Cid Hermoso
El bosque del arcoíris, por Pedro Moscatel
Tres monumentos a mi agonía, por Ángeles Mora
Vampiros en La Habana, por Covadonga González-Pola
Defixio, por Gloria T. Dauden
Comer con los ojos, por Gema del Prado Marugán
Te doy mi sangre, por L.G. Morgan
El origen de los hematófagos, por Ángel Elgue
Billion Dollar Betsy, por Javier Fernández Bilbao
La dulce Núria, por Óscar Muñoz Caneiro
Los dos mundos de Lord Barrymore, por Edgar Sega
Sangre, Billy Idol y la Carretera de los Muertos, por Sergio Pérez-Corvo
Sangre, por Enrique Cordobés
Negocios, por José Manuel Fernández Aguilera
Cuando se supone que una madre abraza a un monstruo, por Ignacio Cid Hermoso
Hola, Morgan.
ResponderEliminarBienvenida.;)
Enhorabuena. Cuánto bueno junto, sí señor.
Me encanta la historia referente al reto de Lord Byron. Ya la conocía, pero me ha gustado que la hayas mostrado aquí. La anécdota en sí podría ser fácilmente el comienzo de un estupendo relato.
Un besazo, guapetona.
Gracias. A mí es que también me encantan los retos, he escrito más de un relato y más de dos por este motivo XDD Así que me siento muy solidaria con el pobre Polidori, que encima no obtuvo el reconocimiento que seguramente ansiaba.
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