La de los Mil Nombres. Madre África.
Beyoncé, bellísima en su presentación durante la ceremonia de los Premios Grammy 2017, cuando actuó convertida en una diosa de la maternidad y fertilidad. En su vestido, detalles de la diosa africana Oshun.
Cuando empecé a documentarme y a buscar inspiración para la representación de la Diosa Madre de África, papel fundamental en mi guión, me topé con varios problemas.
Era previsible, dada la enorme extensión del continente africano, que encontraría una multitud de diosas y creencias distintas. Así que mi tarea era dar con una deidad concreta que aglutinara al menos los aspectos más característicos e importantes de las demás. Tratar de alcanzar un sincretismo que agrupara, bajo el arquetipo de la Madre Tierra, la Madre Creadora; los distintos rostros y nombres de diosas que aparecían en otros tantos pueblos africanos.
Ya al poco vi que la cosa iba a ser aún más complicada de lo que esperaba. Porque, antes que el problema de la variedad de cultos, estaba el hecho de que había muy poca información consistente y medianamente fiable acerca de diosas que fueran puramente africanas. Lo que iba descubriendo eran deidades «transportadas» a América por los antiguos esclavos africanos, que las habían llevado consigo, y asimiladas y transformadas después allí en forma más o menos radical.
No olvidemos que los esclavos africanos tenían diferentes procedencias étnicas y regionales, contando cada uno con sus propios dioses y credos. Obligados a convivir, fueron sincretizándolos, mezclando atributos y mitologías entre unos y otros. Además, fueron llevados a distintos países y lugares de América, asimilando en cada región elementos amerindios y cristianos, que fueron aderezando sus creencias y haciéndose con el tiempo parte inseparable de ellas. En el caso concreto del cristianismo, era una medida de pura supervivencia la de adoptar términos y ritos propios de la población blanca, ya que los esclavos tenían prohibido practicar sus religiones, que los amos consideraban diabólicas, y la única forma de mantenerlas era enmascarándolas dentro del dogma cristiano.
Pero, bueno, me estoy adelantando a las conclusiones. Empezaba tan solo a intuir los problemas, mientras iba descubriendo posibilidades aún prometedoras.
Así, hice un recorrido por las características y el origen de los muchos orishas propios del Candomblé o la Umbanda brasileñas, iguales a los de la Santería cubana. Y enseguida vi cuántos elementos comunes comparten todos ellos con el Vudú haitiano, al que había investigado para un relato el pasado verano. Es algo muy fácilmente explicable si tenemos en cuenta que todas estas divinidades proceden de la originaria religión Yoruba, que extiende su influencia principalmente por el suroeste de Nigeria y en los países vecinos de Benín y Togo.
Hasta creí por un momento que la religión Yoruba podía llegar a ser «mi» solución. Parecía representativa de una parte importante del credo africano y contaba con algunas divinidades u orishas femeninas de gran influencia.
Sobre todo me interesó la figura de Yemayá, de la que se dice lo siguiente:
Yemanja (o Yemayá, Yemoja...) Diosa oceánica de la macumba brasileña, representada como una luna creciente. Diosa madre del panteón africano.
Es una importante deidad del agua de la religión yoruba. Es una orisha y la madre de todos los orishas, habiendo dado a luz a 14 dioses y diosas. Se suele sincretizar con Nuestra señora de la Regla o con otras figuras de la virgen María de la iglesia católica, una práctica que surgió durante el comercio transatlántico de esclavos. Yemoja es maternal y protectora, preocupándose mucho por todos sus hijos, consolándolos y quitándole las penas. No se altera fácilmente, pero cuando se enfurece puede ser muy destructiva y violenta, como las riadas de ríos turbulentos.
Suele representarse como una sirena y se asocia con la Luna, agua y misterios femeninos. Es la patrona de las mujeres. Gobierna todo lo relacionado con la mujer; parto, concepción, maternidad, seguridad infantil, amor y curación. Supervisa los grandes secretos, la sabiduría antigua, la Luna, las conchas marinas y el inconsciente colectivo. Según el mito, cuando rompió aguas, causó una gran inundación que creó ríos y arroyos, creándose los primeros humanos mortales de su vientre
Es una importante deidad del agua de la religión yoruba. Es una orisha y la madre de todos los orishas, habiendo dado a luz a 14 dioses y diosas. Se suele sincretizar con Nuestra señora de la Regla o con otras figuras de la virgen María de la iglesia católica, una práctica que surgió durante el comercio transatlántico de esclavos. Yemoja es maternal y protectora, preocupándose mucho por todos sus hijos, consolándolos y quitándole las penas. No se altera fácilmente, pero cuando se enfurece puede ser muy destructiva y violenta, como las riadas de ríos turbulentos.
Suele representarse como una sirena y se asocia con la Luna, agua y misterios femeninos. Es la patrona de las mujeres. Gobierna todo lo relacionado con la mujer; parto, concepción, maternidad, seguridad infantil, amor y curación. Supervisa los grandes secretos, la sabiduría antigua, la Luna, las conchas marinas y el inconsciente colectivo. Según el mito, cuando rompió aguas, causó una gran inundación que creó ríos y arroyos, creándose los primeros humanos mortales de su vientre
Pero según profundizaba en los matices de dicha religión Yoruba surgieron las dudas. Para empezar, no fui capaz de rastrear estas deidades hasta su forma primitiva, exclusivamente africana. Y eso era importante, pues ya pensaba de antemano contar con una Diosa Madre americana y quería marcar las diferencias.
Por otra parte, descubrí que la religión Yoruba, pese a contar con multitud de deidades (se habla de cuatrocientas) es en esencia una religión monoteísta y, peor que eso de cara a mis fines, patriarcal. Consideran a Olodumare como dios único y omnipotente.
Descarté esta vía de investigación y acudí a edades anteriores, mucho más primitivas, en busca de la Diosa original. Así fue como dí con dos o tres páginas que pretendían establecer cómo, antes de las colonizaciones que establecieron el actual sistema de creencias patriarcal, hubo en el continente africano, cuna de la vida, multitud de representaciones deificadas sobre lo femenino esencial, esa capacidad creadora de vida y sustento que caracteriza el arquetipo de la diosa madre-diosa nutricia, asimilable a la Tierra y a toda la Naturaleza.
Buscando, buscando, llegué aquí:
CULTURAS PRECOLONIALES DE ÁFRICA: MANIFESTACIONES ARTÍSTICAS PRIMITIVAS
Descarté esta vía de investigación y acudí a edades anteriores, mucho más primitivas, en busca de la Diosa original. Así fue como dí con dos o tres páginas que pretendían establecer cómo, antes de las colonizaciones que establecieron el actual sistema de creencias patriarcal, hubo en el continente africano, cuna de la vida, multitud de representaciones deificadas sobre lo femenino esencial, esa capacidad creadora de vida y sustento que caracteriza el arquetipo de la diosa madre-diosa nutricia, asimilable a la Tierra y a toda la Naturaleza.
Buscando, buscando, llegué aquí:
CULTURAS PRECOLONIALES DE ÁFRICA: MANIFESTACIONES ARTÍSTICAS PRIMITIVAS
Se trata, como podéis ver, de un artículo de Francisca Martín-Cano Abreu (Lepe, Huelva, España), alojado en la web Geocities, que parece constituir la respuesta definitiva a lo que andaba buscando. Me permito copiar los aspectos más relevantes:
«...Aunque algunos historiadores hayan atribuido, bien de manera ambigua, o bien de manera explícita, "al hombre" la autoría de las tallas (estatuas y pinturas prehistóricas), no es cierta tal afirmación, al menos para las obras africanas más antiguas. Es posible que tal aseveración sea cierta únicamente para las talladas más recientemente, ya que la influencia occidental, al revalorizar al varón, ha dado lugar a que éste acaparase todas las profesiones, incluidas las artísticas.
En el pasado la ejecución de las tallas también fue tarea de artistas femeninas, evidenciado en el grupo escultórico de Ghana, existente en el Museo Metropolitano de NY, que muestra a una mujer tallando una escultura en madera, junto a otra que da de mamar a su bebé. La escultura refleja tanto las actividades que ejercitan las mujeres en la sociedad: función nutritiva y artística, como las funciones que en principio se dieron a la Diosa, que se creía gobernaba en exclusiva en el panteón, o Madre Naturaleza: función Nutritiva y función Generadora y Creadora de la humanidad. En función de Madre Nutritiva, la Diosa Alimenta a la humanidad y en función de Madre Creadora, es la Diosa Alfarera-Talladora que modela a la humanidad, que así la Genera».
Representaciones de la Diosa-Madre en África según la arqueo astrónoma Francisca Martin-Cano Abreu
«En África, y desde la Prehistoria, el blanco es símbolo lunar y femenino, blanco como la Luna... ...Así que, cuando ciertos historiadores dicen que en África el blanco es el color de las Divinidades y de la Muerte, quieren en realidad decir que es el color de la Diosa que personifica la LUNA y que está representada en las máscaras FUNERARIAS, tanto abstractas como figurativas, pintadas de blanco, y que Protege a los muertos, igual que en el resto del universo, para concederles la Resurrección.
Muchas culturas de Gabón con el nombre de Kota, realizan relicarios (tumbas africanas de los huesos de los difuntos, como representación metafórica del Seno de la Diosa Madre Tierra, lugar origen de la vida y donde acoge los huesos de los difuntos), guardadas por esculturas funerarias muy abstractas llamadas "Bwiti", representativas del Espíritu Guardián de los muertos.
Todos los símbolos de esas esculturas abstractas son atributos femeninos y aludirían al sexo femenino del Espíritu Guardián de los muertos. Y son expresivos de las diferentes funciones de la Gran Diosa Madre Naturaleza, que acompaña y protege a los difuntos para darles la prometida Resurrección, al igual que (se supone) hace con la semilla alojada en su Seno».
(Eso nos hace pensar de inmediato en una de las atribuciones conocidad de la diosa Isis, como guardiana de los muertos)
«Los atributos que acompañan a las esculturitas abstractas o figurativas femeninas africanas, aparecen de forma universal en las sociedades agrarias y tienen un significado idéntico a las del resto del mundo. Algunos ejemplos son:
—Escarificaciones en el vientre como radiografía del bebé, con el que se intentaría reclamar la intervención de la Diosa para que mágicamente concediese la Fertilidad humana, de la vegetación, animal y de los difuntos.
—Las figuras femeninas están acompañadas de vasijas o tienen lágrimas en los ojos. Sería un símbolo propiciatorio para que la Diosa de la Naturaleza envíe las lluvias.
—O están acompañadas de serpientes, símbolo de Resurrección e Inmortalidad.
—O tienen cabellos peinados como la campo labrado y sembrado, para que la Madre Tierra mágicamente dé abundantes frutos.
—O las esculturas femeninas tienen rasgos zoomorfos: de ave, de arruí / carnero, de órix-antílope,... teniendo un significado astronómico (alude a constelaciones animalísticas = configuraciones de estrellas a las que se le atribuye formas animales y personificadas en principio por el Principio femenino, y más tarde por Divinidades de ambos géneros), que cuando ocupan determinada posición son coincidentes con determinados fenómenos atmosféricos.
—Otras figuras incorporan mamas y genitales masculinos, representaciones de Divinidades hermafroditas, evidencias de la creencia en la no responsabilidad del varón en la concepción y pretenderían con ellas forzar la Autofecundación de la Diosa.
—Asimismo existen esculturas femeninas bicéfalas, que testimonian la creencia también en África, en la Dualidad Ancestral femenina y serían imágenes propiciatorias de la Autofecundación del Principio femenino, etc, etc...».
Dice también Eduardo Pedro García Rodríguez (http://iglesiaguanche.blogspot.com.es/2013/08/la-diosa-madre-en-las-islas-canarias_22.html)
La existencia de estatuillas representativas de la Diosa-Madre en África, está contrastada desde el II milenio a.e.a. En lo que respecta al noroeste africano en el inmenso desierto del Sahara abundan los grabados y pinturas rupestres referentes a la Diosa-Madre, además de representaciones zoomorfas, que son una prueba de que el continente donde surgió la humanidad posiblemente fue el lugar donde se inició el culto a la divinidad. Hasta hace unos 8.000 años una extensa sabana ocupaba lo que hoy es el desierto, en ella proliferaba la vida tanto vegetal como animal y desde Mauritania hasta el Senegal los grupos humanos encontraban los medios necesarios para desarrollar la vida.
Con toda esa información ya tenía yo el carácter y los atributos para mi Diosa Madre africana. Ahora solo me faltaba un nombre para ella, un nombre que fuera de alguna forma representativo de todas las deidades de los diferentes cultos. La única solución, dados los problemas antes señalados acerca del carácter y atributos distintos, a menudo variables con el tiempo, de muchas de las deidades fue recoger todas las designaciones que había encontrado:
Guinea - Diosa Nimba
Malí - Diosa Gwandusu
Camerún - Mebeli «Mi Madre», el principio femenino
Nigeria - La Diosa Suprema, Diosa Madre Tierra Ala/Ale
Benín - Diosa Mawu
ALA
Ala es la diosa del ibo (Nigeria) de la tierra. Ella es la hija del dios supremo Chuku y se le considera la madre de todas las cosas. Ella es la diosa de la fertilidad y de la muerte. Ella da a luz en el principio y da la bienvenida a los muertos de nuevo en su matriz. En Nigeria, en donde todavía la adoran, tiene templos situados en el centro de las aldeas, en donde tiene una estatua rodeada por las imágenes de otros dioses y animales. Entre la gente del ibo, ella es una de los divinidades más populares.
Del blog de David Bocci, Refugio Rosa.
Imagen de la diosa Mawu, asociada con la luna.
Montada encima de un elefante, viene Mawu, la Gran Diosa, poder supremo que crea todo. Ella es el aspecto Madre de la Diosa – la que da a luz a la forma; nosotras y el mundo son sus hijas. Tiene autoridad tal como se conocía en los matriarcados, no como un poder sobre el otro que amenace la individualidad, si no como la comprensión innata de las leyes de la naturaleza. Es la fuente femenina del universo: fertilidad, abundancia, imaginación creativa.
Montada encima de un elefante, viene Mawu, la Gran Diosa, poder supremo que crea todo. Ella es el aspecto Madre de la Diosa – la que da a luz a la forma; nosotras y el mundo son sus hijas. Tiene autoridad tal como se conocía en los matriarcados, no como un poder sobre el otro que amenace la individualidad, si no como la comprensión innata de las leyes de la naturaleza. Es la fuente femenina del universo: fertilidad, abundancia, imaginación creativa.
Por eso mi diosa africana será la diosa de los Mil Nombres. Eka Abassi, Nimba o Mebeli. Mawu, Gwandusu o simplemente Ala.
Será la de los ríos de plata.
Será... Madre África.
Me ha gustado mucho tu estudio. Enhorabuena. Francisca Martín-cano Abreu
ResponderEliminarMuchas gracias. Un honor, viniendo de ti. Un saludo
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