Él no solo crea ropa, sino que construye mundos y misteriosas historias, con criaturas andróginas que visten trajes extravagantes y vanguardistas.
En una entrevista que concedió en la publicación ISSUE NO. 206 explicaba cuál había sido su mayor influencia a la hora de concebir y construir ese mundo particular suyo. «La infancia. Y los sueños. Al experimentar el conflicto que existe entre la realidad y el mundo de los sueños, creé un mundo intermedio para mí, al igual que James Matthew Barry creó un "Neverland" en su novela Peter Pan».
Es lo mismo que decía yo cuando hablaba de la creación de los Mundos Fantásticos. Al igual que en mi caso, la decepción acerca de la ausencia de magia en el mundo real me llevó a la Literatura fantástica y a sus mundos alternativos, primero como lectora y luego como creadora, Valentin Perrin crea en cada fotografía su propio mundo, con la dosis de magia y belleza que la realidad que nos imponen parece empeñada en desterrar.
Cuando le preguntan cuál ha sido la principal dificultad con la que se ha encontrado, nos confiesa que su mayor lucha «ha sido encontrar maneras de crear físicamente lo que tengo en mente». Por eso dice que necesita «trabajar con personas de confianza y que confían en mí. La mayoría de mis modelos son también mis amigos, y para la mayoría de ellos, ser modelo no es algo a lo que aspiren. De hecho, ni siquiera preguntan cómo será el rodaje de antemano. Así que siempre es un momento sorprendente y gracioso verlos subir una escalera en medio de un campo, o caminar por las calles de París con los transeúntes mirando estos trajes indignantes y el maquillaje del mismo estilo».
Hay quien dice que Valentin podría ser la versión masculina de la artista Emilie Autumn.
Todas las rayas, el té y el pelo rojo que aparecen frecuentemente en las composiciones de Valentin Perrin recuerdan la estética de Autumn, que cuenta también con una legión de fans.
Perrin hace una reinterpretación, no sé hasta qué punto premeditada, del género masculino. Sus modelos habituales, entre los que se encuentra él mismo en numerosas ocasiones, son seres andróginos que desprenden delicadeza y glamou. Con vestimenta y maquillaje cuidados hasta el detalle.
Y no hay duda de que sus modelos femeninas también recrean ese mismo aire de cuento mágico, poblado de criaturas imposibles. No por casualidad él refiere como influencias claras en su estilo las historias de Grimm y Perrault, Alicia en el País de las Maravillas, Peter Pan o Le Petit Prince. Y se declara admirador del surrealismo.
Sin embargo, sus mujeres tienen un aire aún más etéreo que los hombres que retrata. Parecen frágiles, extremadamente delgadas y tristes, muy tristes. Como si su belleza derivara principalmente de ese aura de melancolía y delicadeza. Poniendo de relieve que son criaturas de otro mundo, lejanas, quiméricas y totalmente inalcanzables.
Yo las he bautizado aquí, atendiendo a ese halo misterioso que configura el retrato de cada una de ellas. Magia, desde luego, no les falta.
Madame Tentación
Madame Ausencia
Madame Corazón
Madame y el Cuervo
Madame Melancolía
Madame Nostalgia
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