No he podido mandar noticias durante estos días, pero puedo asegurar que no he perdido el tiempo. Por fin he sabido lo que ocurrió en la sinagoga Altneu. El rabino Steiner e Isaac cumplieron su parte y celebraron el ritual como estaba previsto. Era un plan desesperado, nadie sabía siquiera si encontrarían la materia prima que necesitaban. A pesar de ello, los dos estaban dispuestos a intentarlo.
Pues bien, según parece el poder de la Palabra es el mismo que antaño. Y aunque el resultado ha sido distinto del previsto, tal como me advirtió el rabino, tenemos el arma que precisábamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario