El tema de la descarga para e-reader que me comentabais algunos está en marcha. En cuanto pueda pongo el PDF en Googlesites.
LA CASA DE LOS CEREZOS
1. Yo y mis circunstancias
Cuando miro atrás todavía
me sorprende la exactitud con la que recuerdo algunos detalles, el grado de
nitidez con que aparecen dibujados en mi memoria incluso los aspectos menos
importantes, que parece que atesoro como un coleccionista tacaño. Cada color,
cada voz y cada gesto están cuidadosamente preservados y han permanecido
intactos, milagros de la memoria o tal vez de la nostalgia, que nos trae el
sabor y el olor de otra época para que podamos revivir en cierto modo el tiempo
que ya pasó.
El escenario de mis recuerdos, el telón de
fondo que sirve de decorado a aquellos días, es un Madrid alfombrado de hojas
amarillas; lluvioso, húmedo, y no obstante resplandeciente, cualidad que solo es
capaz de fingir el cielo madrileño aquellos días de luz radiante que nos regala
de vez en cuando el otoño, estación que, por otra parte, creo que es la que
mejor le sienta a esta ciudad de primaveras efímeras y veranos tórridos.
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Muy buen comienzo, Morgan.
ResponderEliminarGracias mil (necesito esa palmadita XD). Y yo que me temo que es demasiado descriptivo. Con el paso del tiempo me ha parecido que no es un buen capítulo de arranque, o no todo lo bueno que debería ser. Como si tuviera que tener algo más contundente de entrada, para enganchar.
ResponderEliminarEs que, aunque no es algo tan clave como en un relato, creo que el principio de una novela tiene que actuar de reclamo, ¿no?
El primer párrafo le da sentido al detalle con el que describes el paisaje urbano después. A mí me parece que debajo de esas descripciones estás describiendo al mismo tiempo la personalidad del protagonista, pues en gran parte, lo que uno cuenta tiene mucho que ver con lo que uno es. Ahora, si he salido de chamba, no vale. Bueno, sí vale. ;)
ResponderEliminarCon esto quiero decir que si no te ha salido de chamba, en el resto de capítulos tu personaje nos obsequiará con otras descripciones igual de detalladas, pero en relación con la trama. Esa es mi hipótesis. ¿Será corroborada? No me digas nada todavía. Prefiero leerlo.
Ya sabía yo que me tenías que caer bien por algo XDDD
ResponderEliminarPalmaditas :)
ResponderEliminarY un detalle de amanuense: para unificar todo el bloque de texto tienes que, al editar la entrada en Blogger, quitar primero el formato de texto a toda ella (verás un botón ex profeso), antes de que todo el conjunto acepte un nuevo y común formato.
Nos leemos
Gracias, maestro, lo paso fatal con el editor de Blogger. Probaré lo que indica vuestra sapiencia ;-)
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarUn arranque muy descriptivo, en efecto, y a mí que me encanta precisamente éso, pues me parece muy positivo. Además la narración posee el encanto de lo intimista y un aire de melancolía que llevan, de inmediato, a sentir atracción por el personaje adolescente que nos abre una ventana a su mundo de fantasía. ¿Quién no ha sido jovencito y ha vivido mil aventuras escondidas entre las páginas de ciertos libros ya inolvidables? Espero ir enterándome de ése "algo gordo" que está aún por llegar.
ResponderEliminarEnhorabuena por el comienzo.
Saludos, Capayespada ;)
Gracias, Capa, precisamente ese es el tono con que yo "escuchaba" la historia en mi cabeza. Con la nostalgia que inevitablemente tiñe las cosas que has vivido cuando las miras desde cierta distancia.
EliminarMe han gustado las descripciones del barrio, las pinceladas sobre la vida del protagonista me quedo con ganas de seguir leyendo. Lo que llaman "sensación epidérmica" es muy positiva.
ResponderEliminarEn algunos momentos me he sentido transportada a mi propia infancia en otro de esos barrios periféricos madrileños.
Gracias, Lu. Me alegro del sabor a barrio. (A mí me pasa con alguna de las canciones de El último de la fila). El "problema" con las primeras fases de esta historia es que descubrí el urbanismo, y sus implicaciones con ideologías, formas de vida... Y me enamoré. Empecé a indagar y a leer información, y luego tuve que podar de lo lindo XD
EliminarBueno, Laura, estoy flipando con la descripción de nuestro barrio. Yo vine a vivir aquí en 1977, y tuve las mismas sensaciones que describes, sobre todo respecto del Querol, ese reducto romántico con sabor a historia rodeado de un universo cuadriculado, al estilo de la famosa aldea gala de Asterix. Yo, aunque con más años que tu, también me iba con la bici por aquellos caminos de tierra surcados de grietas labradas por las aguas, sorteando casitas y huertos, talleres y granjas. Es un placer, seguiré leyendo.
ResponderEliminar¡Enrique!, qué sorpresa (y qué alegría). Me alegro mucho de lo que comentas. Yo, mientras releo, al mismo tiempo que temo aburrir al personal que no conozca la zona, voy recordando el cariño y la nostalgia con que lo escribí. Y cómo un sitio corriente puede ser el escenario de nuestra imaginación.
ResponderEliminarMañana más, que hoy no me da tiempo.
Espero ansioso la siguiente entrega.
ResponderEliminarYa te hablaré de un proyecto que tengo in mente para montar aquí en el barrio un grupo de creadores artísticos y literarios.
Por cierto, mozuela, feliz cumpleaños.Que pases un buen día.
Como regalo en el siguiente enlace te mando una versión de The Kills del blues Forty Four sobre imágenes de la fabulosa película Sin City basada en el mítico comic de Frank Miller. Que la disfrutes:
https://www.youtube.com/watch?v=EFq6gR77YOc
Hola, Morgan
ResponderEliminarEs lo primero que leo tuyo, excepto lo que tú sabes. Me ha gustado mucho cómo ha empezado pero ¿cómo no? si soy madrileño de pura cepa y adoro Madrid con todas y cada una de sus callejuelas y agujeros. Sobre todo, a mí me ha afectado especialmente porque hace muchos años que no vivo allí y ya cuando voy intento no pisar el centro. Pero siempre fui un madrileño andante, peatón y deambulante. Así que el empiece con el Retiro, los colores del otoño y las puestas de sol rojas, me ha llegado muy dentro. Y se ha traducido en una gran melancolía y nostalgia de las cosas felices.
Si dejo a un lado (que es difícil) mi condición, sigo viendo la misma belleza y nostalgia. No sé cómo serán Las Ramblas en otoño o la Calle Mayor en León pero seguro que contado así, cualquier lugar me hubiera hecho emocionar.
Las descripciones que en un primer capítulo a mí no me gustan mucho (me da por pensar, y esto es el principio ¿cómo será el final?) pero aquí, como decía Caliban66 se entrecruzan con la componenda de la propia personalidad del niño.
Lo de los errores de edición y tipo de letra ya te lo han dicho.
A mí me sobran tres párrafos que cuando los leí pensé "pero qué obviedad, xD", aunque como he leído luego, tendrán mucho que ver pero aún así me sobran, no me los esperaba. No me gustan. Te traslado lo que no me parece bien y te digo por qué, siendo como soy interesado y defensor de todo tipo de actividad, para que a mí o creo que a cualquier persona-lector normal le interese el urbanismo "así, de pronto, sin anestesia" tiene que llevarlo en la sangre, así que tendrás que enamorarnos primero de lo que significa el urbanismo y qué puede representar antes de soltarnos esto:
"Nuestro barrio formaba parte de este conglomerado que parecía seguir cosiéndose y completándose sin cesar. Era uno de esos suburbios modernos, de aluvión, que se habían ido creando en la ciudad en los años 50 y 60, como resultado de los planes urbanísticos del gobierno que habían definido las afueras de la capital.
Dichos planes, de los que naturalmente no tenía yo entonces ninguna noticia, ni interés alguno tampoco por tenerla, todo hay que decirlo, intentaban subsanar de una forma definitiva el cada vez más difícil problema de la infravivienda y el chabolismo, un asunto común en esa época que había ido creciendo hasta convertirse en una lacra en la mayor parte de las grandes ciudades de España y del resto de Europa.
Con mis trece años yo no era consciente de nada de esto. Supongo que a esa edad (en el caso de algunas personas, podría añadirse que da igual la edad que tengan), uno toma las cosas como vienen, sin preguntarse por ellas, sin abarcar completamente las circunstancias que le rodean o al menos, sin ser consciente de todas ellas; es natural. Uno no reflexiona sobre lo que hay detrás de lo que ve, ni se cuestiona lo que ha sido, ni mucho menos se interroga por el origen de algo tan material y aparentemente establecido como el trazado de las calles o los tipos de viviendas o de barrios que le rodean; como no se cuestionaría nunca las leyes de la naturaleza o la naturaleza de las estrellas."
Todo el resto me ha parecido un magnífico comienzo y no me gustan las novelas costumbristas que este primer capítulo puede reflejar.
Muchas gracias por compartir tus escritos con nosotros.
Un abrazo.
Ufff... por fin puedo ponerme con esto, que he ido pillada de tiempo pero estaba deseando contestarte.
ResponderEliminarCreo que tienes mucha razón, esos párrafos sobran (al menos desde lo de "años 50 y 60"). Pero el problema es que hasta que no me lo dice un lector yo no lo veo. Ya expliqué que empecé a embelesarme con temas urbanísticos según leía sobre ello :-) y que luego tuve que hacer esfuerzo por "contenerme". El caso es que ni te imaginas lo que podé, entendiendo que todo eso tan interesante no tenía cabida en una novela, mucho menos como estaba contado en un principio, con cierto tonillo de tesis doctoral Jajajajaaaa
Pero, como autor, te enamoras de algo y luego rehaces y cambias de sitio sin decidirte a cortar por lo sano.
Me gustó mucho el comienzo, pude descubrir Madrid sin conocerlo. Me gustan las descripciones detalladas de un lugar, aunque alguna parte puede ser también que sentí de más. Pero todo sirve para compenetrar en el lugar y cómo lo sienta el personaje.
ResponderEliminarUna sola cosa me hizo acordar a una frase que decía mi abuela: "El burro adelante para que no se espante" se refería a cuando decía, yo ,en primer lugar, supongo que solo será refiriéndose a personas? o en este caso Yo y mis circunstancias está bien dicho? Lo pregunto porque no sé jij, pero me recordó lo que te comentaba.
Seguimos al capítulo dos, que está interesante!
Un beso!
Muchas gracias, Kary, por tu lectura tan detallada y por tus ánimos. En este caso, Yo y mis circunstancias, es una frase hecha(de José Ortega y Gasset), que se usa para poner de relieve que lo que rodea a uno influye enormemente en lo que uno es, como que fueras producto de tu personalidad + las experiencias que has pasado. En cualquier otro caso pasa como dices, no se puede usar el pronombre yo en primer lugar.
EliminarPor cierto, en mi casa también se ha usado siempre esa frase, sobre todo cuando eres niño, uno tiende a ponerse primero jajajajaaa
Bueno bueno...me está encantando!!!! Felicidades Laura, voy a por el siguiente! Aunque me gustaría tener el libro y como no dedicado!!! Voy a por el sig. Capítulo!!! Me encanta q salga mi maravilloso barrio, un besazo y aquí me tienes, enganchada!
ResponderEliminarSoy Romina!
ResponderEliminarQué alegría verte por aquí, doblemente si encima te está gustando la historia.
EliminarPara mí es como rescatar un trozo de la vida de entonces, de gente y paisajes que hemos conocido y que, por poco vistosos, no suelen ser recordados. La forma en que se vivía, las tiendas, las casas... que queden ahí para los restos XDD