Iniciamos hoy sección, tal como habíamos prometido (este plural mayestático me viene que ni pintado XD).
Mike Licht sobre el Vermeer "Mujer escribiendo una carta y criada"
Y nuestra estrella invitada de hoy es…
SANDRA PARENTE (Toulouse, Francia, 1980)
Historiadora, arqueóloga y galogalaíca. Cuando publiqué mi primer poema no era
aun mayor de edad y escribía en francés. Con los estudios universitarios me cambié
de país y de idioma, centrándome más en
la “escritura académica” con la redacción del Trabajo de Investigación Tutelado
de los cursos de doctorado y algunos artículos centrados en la esclavitud en
época romana. Me dediqué a partir de entonces a la arqueología profesional y
hace apenas 3 años que volví al redil de la escritura creativa, garabateando
relatos y asomándome ahora al abismo novelístico.
Publicaciones
literarias:
·
«Au nom
d’une invention» en Visions cristallines,
Bibliothèque internationale de poésie, 1998.
·
«La historia de un Augusto ignorado»
en Acerca de la virtud en la época
trágica de los griegos y otros relatos, Hislibris , IV concurso de
relato histórico, ediciones Evohé, 2012.
·
«Hoy» en Certamen de microrrelatos pluma tinta y papel, diversidad
literaria, 2012
·
«El monje y la pulga», en «El monje y la pulga y otros relatos»,
Hislibris, V concurso de relato histórico, ediciones evohé 2013.
LCE -Muy buenos días. ¿Cómo te
encuentras hoy, animada para responder a nuestra primera entrevista?
SP – Buenos días. Desde luego,
animada ante el reto de tu entrevista. Gracias por la invitación.
LCE –Bien, hoy abrimos sección
en el blog, con vocación de convertirse en un espacio fijo donde conocer y dar
voz a un puñado de autoras hispano-hablantes (o que escriban en lengua
española), que nos van a servir de ejemplo sobre estilos de escritura, gustos y
opiniones sobre el tema literario general.
Principalmente
les haremos responder unas cuantas cuestiones sobre aquellos aspectos en los
que trata de indagar este blog: todo lo relacionado con la “Literatura escrita
por mujeres”.
Empecemos
pues con la primera pregunta: ¿Por qué y cómo
empezaste a escribir?
SP – No lo sé muy
bien. Cuando tenía ocho años me encantaba la mitología grecorromana y, también,
la máquina de escribir de mi madre. Supongo que ahí empezó todo, contando a mi
manera aquellas historias que me fascinaban. Luego vino la introspección propia
de la adolescencia y me centré más en la poesía. Abandoné la escritura con la
universidad y hace unos pocos años, volví.
Resulta bastante
complicado explicar el origen del ansia por escribir. En mi primera etapa por
imitación de lo admirado, supongo, en la segunda como medio catártico y en la
tercera… por recuperar algo que siempre me había gustado y entretenido hacer:
narrar historias por medio de la escritura.
Creo que adoro ese
momento de soledad en el que se enciende una bombilla en tu cabeza y la
concentración es tal que no existe nada más en el mundo que el papel y tú,
mientras cada idea, en una especie de proceso alquímico, se transmuta en
palabras, esperando pacientemente su turno para ser primero escritas y luego,
cuando ya el proceso electivo de palabras ha finalizado, inscritas, como un
epígrafe en piedra. Si el resultado es bueno o no, es otro tema, pero a mí me
atrae y me gusta esa magia.
LCE - ¿Cómo definirías
tu estilo? ¿Crees que ha variado a lo largo del tiempo?
SP – Es complicado
hablar del propio estilo. Pienso que me falta bastante perspectiva para poder
hacerlo con acierto. Creo que aún busco mi voz. Mi estilo sin duda ha cambiado
en los últimos dos años. Digamos que en un principio pecaba un tanto de
barroquismo, sobreadjetivando mis textos y llegando a un resultado algo
decimonónico. También obviaba demasiado los diálogos que considero, en la
actualidad, fundamentales para otorgarle ritmo a una narración.
Hoy en día, me gusta
que mis textos puedan entenderse sin un diccionario al lado, aunque le otorgue
importancia a la precisión en el lenguaje. Soy capaz de escribir cosas que no tienen
nada que ver en las formas. Lo que reconozco es que suele haber elementos
comunes en mis narraciones: la infancia/juventud como marco para la
conformación de la personalidad de un protagonista o crear leitmotivs a lo
largo del relato para despertar algo en el lector. Por otro lado, me gusta
jugar con los tipos de narración y los puntos de vista, creo que otorga riqueza
y dinamismo a un texto. De hecho, reconozco que tengo cierta obsesión con
hallar ese dichoso dinamismo. No quiero que el lector se aburra mientras me
lee. Al fin y al cabo, mis textos no son más que un grano de arena en medio de
un infinito universo literario (y digo bien infinito, porque siempre está en
expansión) y fácilmente, el lector puede decidir dejarlo y empezar con otra
cosa, a la vista de la ingente oferta.
LCE - ¿Crees que tu
escritura posee algún rasgo específico por el hecho de ser mujer? Y si es así, ¿cuál crees que pueda ser?
SP – Creo que no, pues
me han dicho, en más de una ocasión, que creían que tras mi escrito había un
hombre, quizás porque suelo elegir protagonistas masculinos. De hecho, tú misma
me lo comentaste una vez. Igualmente y aunque quizás esté equivocada y pueda
herir susceptibilidades masculinas, creo que las mujeres tenemos más fácil meternos
en la piel de un hombre para recrearlo —al fin y al cabo, son y han sido los
protagonistas y autores de la gran mayoría del material creativo que hemos ido
incorporando a nuestro bagaje cultural— que al revés. Y eso, nos facilita la
tarea.
LCE - ¿Te has sentido
discriminada alguna vez en el mundillo literario?
SP –Apenas es que
estoy adentrándome en este mundo aunque me he fijado en que suele haber más
hombres que mujeres. Hasta la fecha me he movido, en más de una ocasión, en
ambientes eminentemente masculinos y he tenido que aprender a defenderme.
LCE – Y ahora cambiemos
de tercio: ¿Qué género literario prefieres?
¿O eres en cambio de esos autores que no quieren ser encuadrados en uno
concreto?
SP –Como lectora leo
un poco de todo: novela histórica, realismo mágico, ciencia ficción, literatura
fantástica, fantasía, escritos históricos, antropológicos etc. A la hora de
escribir (lo cierto es que no creo haberme ganado el apelativo de
escritora…aún), me gustan principalmente tres: novela histórica, realismo
mágico y literatura fantástica. Por otra parte, me agrada mezclar elementos de
diferentes géneros. No creo en los límites nítidos, suelen ser invenciones
teóricas. Nos gusta mucho sistematizar
el conocimiento para poder situarnos con más facilidad.
LCE - ¿Qué objetivos te
marcas como escritora?
SP – Supongo que,
primero, ganarme ese apelativo. Tengo la suerte de saber que podré contar con
el respaldo de una editorial para publicar. Me quedan algo más de dos años para
hacerlo y esa es mi intención.
LCE - ¿Algo más que
quieras contarnos?
SP – Quería hablar
sobre el relato que presento a continuación. No está muy en la línea de lo que suelo
escribir en la actualidad. Está aquí por varios motivos. Primero decir que le
tengo cariño. Fue el segundo relato que escribí luego de volver a hacerlo. Le
di unos pequeños retoques hace un tiempo pero, admito que lo elegí (hablando de
géneros) por tener ciertos toques fantásticos. Dicho esto, espero que guste,
aunque sea un poco.
Gracias por la invitación y te deseo muchos éxitos.
LCE – Gracias a ti,
un verdadero placer. Has dado unas respuestas muy interesantes, que creo te
definen bien como escritora. Y ahora pasamos al relato en cuestión, que tenéis publicado bajo esta entrada.Gracias por la invitación y te deseo muchos éxitos.
Saludos de buena mañana y hasta la próxima semana (esto, naturalmente, hay que imaginarlo como si estuviera dicho en la radio).
Pues, Morgan, ha sido igualmente leído, como si lo estuviera escuchando. Así que la distinguida Sandra Parente es la autora de El monje y la pulga? Pues hasta cierto punto tienes razón, Morgan, en que parece escrito por un hombre.
ResponderEliminarA las mujeres siempre se las considera entrelazadas a elementos románticos por naturaleza y eso ha de quedar totalmente desterrado como de hecho sucede.
Me ha gustado la entrevista.
Saludos.
Jajajajaaa, gracias, yo también me imaginaba ante el micro XD
ResponderEliminarPues sí, la autora del Monje y también de Bolboreta, que a lo mejor también leíste.
Es curioso, a la postre, cómo por la simple ausencia de elementos románticos puede hacer parecer masculino un relato. Nos deja a las mujeres un terreno muy reducido como supuestamente "propio".
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Estoy teniendo una encendida discusión en fb (pero muy amistosa) sobre el tema. Si tratas de explicar que las mujeres podemos tener nuestro propio estilo y nuestro propio punto de vista, siempre se van a los temas más externos, sobre todo lo del romanticismo que apuntas.
EliminarMuy buena iniciativa Morgan.
ResponderEliminarA ver, estoy con Sandra en que, con mucha más literatura masculina publicada a lo largo de la historia, puede resultar más fácil escribir algo "másculino", teniendo en cuenta que se lee de lo que se escribe. Pero lo de que por eso sea más fácil para una mujer meterse en la piel de un hombre que al contrario, no tanto, porque eso es algo que depende de la empatía y, aunque a priori considere que las mujeres ganáis en eso, creo que no es algo tan marcado como para que nosotros no podamos hacer ese ejercicio empático con resultados similares.
Yo, personalmente, busco en lo que leo (de últimas poco, la verdad) ese acento femenino con la intención de practicarlo también (mi manía de probarme en todas las facetas posibles), y lo que más se me viene a la mente al respecto es "La mano izquierda de la oscuridad", novela en la que entiendo que hay una femineidad subyacente, pero muy de base, muy difícil de delimitar y por lo tanto de asir, con lo cual aún no he localizado esos detalles que incluir para crear un texto "femenino".
Ah, y otra cosa, ¿el realismo mágico no es género fantástico también? Es que me resulta curioso verlos nombrados por separado. Intuyo que es cosa del mal de las etiquetas, que nos confunde a todos.
Un abrazo.
Pues creo que ese es el quid de la cuestión: la dificultad de delimitar los aspectos lingüísticos y literarios propiamente masculinos o femeninos. Sobre el habla, el lenguaje oral, sí hay algunos estudios sistemáticos que tratan de definir las diferencias. En todo caso, son difíciles de observar salvo que le dediques cierta atención. Por ejemplo, la interacción hablante-oyente, mucho más marcada en el caso de las mujeres, que es un habla más cooperativa. La presencia de rasgos emotivos, el lenguaje masculino iría más al grano, más a los planteamientos objetivos. Las mujeres, además de en su función comunicativa, utilizamos el lenguaje para expresar afecto y estados de ánimo. En el lenguaje femenino hay más presencia de ciertas palabras (los estudios indican que pocos hombres usan "encantador, sublime..." y otras expresiones similares. Con los tonos de los colores ya ni te cuento XDD Hay chistes al respecto. Más diminutivos, preguntas y exclamaciones entre las mujeres...
EliminarPero en el caso del lenguaje escrito, sobre todo el lenguaje creativo, no existen que yo sepa tales datos.
Lo que sí hay es al menos un par de estudios que hablan de los referentes literarios de los lectores. En el caso de las mujeres, parece ser que tenemos autores de cabecera de ambos sexos. Los lectores hombres en cambio leen en un altísimo porcentaje solo hombres. Eso podría tener que ver con lo que recoges de Sandra, los modelos de escritura y el punto de vista empleado es mayoritariamente masculino.
Yo creo que el mayor problema a la hora de abordar esta cuestión, y lo veo en las discusiones que sostengo, es que a la mayoría de la gente le cuesta mucho contemplar el lenguaje como producto de una cultura y un tipo de socialización concreta. Como mucho llegan a percibir la relación entre la personalidad concreta de alguien y su forma de abordar una historia, pero ya lo de la influencia de cosas como el género... El caso es que casi todo el mundo admitiría que no escriben igual las personas de distintos medios sociales (salvo que se esfuercen y adquieran recursos por sí mismas), o las de diferentes culturas o países. Pero tocas el tema del género y niegan que podamos comportarnos distinto en este aspecto.
En realidad yo creo que no es tan importante dar con los aspectos concretos, adivinar de un golpe si un autor es hombre o mujer, y es muy difícil hacerlo.
EliminarBasta con hacerse consciente del tema, admitir que pueden existir diferencias y que no son aspectos buenos o malos sino solo distintos.
A veces es suficiente con agitar conciencias para que la gente se replantee cosas y no las dé por inamovibles, que a veces se está demasiado seguro de algo porque simplemente no lo has pensado ni cuestionado nunca.
Dr Perring, si planteo que es mas facil para una mujer que para un hombre meterse en el papel del otro género, va más allá de una simple cuestión de empatía (que por cierto, está comprobado mediante estudios que las mujeres tenemos más desarrollada esa facultad y también maldición en algunos aspectos). Para mí, como decía, las mujeres tenemos un importante bagaje cultural masculino, y, obviamente, no es así al revés, pues apenas es si las mujeres empezamos a asomar la cabeza en medio del panorama cultural en las últimas decadas. Por ello es que llego a la conclusión que planteaba, más allá, como decía anteriormente, de la mera cuestión empática.
EliminarPor otro lado, tienes razón en que el realismo mágico es un subgénero dentro de lo fantástico. Probablemente no supe explicarme correctamente. Mis referentes en lo que respeta el género fantástico son bastante clasicotes (y entiendo que bastante limitados): Poe, Maupassant, Lovecraft, Doyle y, cuando hablo de "realismo mágico" a pesar de la presencia del elemento fantástico como punto de ruptura (aunque aquí se trate de darle cierto aire de normalidad) hablo de gente como García Márquez, Cunqueiro o Saramago, al que no sabría encuadrar pero que me fascina.
Sería interesante leer un estudio detallado sobre lo que planteas, Morgan. Al fin y al cabo nuestra experiencia vital marca cómo somos y probablemente cómo escribimos. Influye nuestra cultura, país, condición social, también nuestra visión política, aficiones, no tengo dudas de que el género es un factor de peso aunque quizás sea algo más sutil de lo que, a priori, puede parecer.
Felicidades, chicas, por la iniciativa y por la entrevista. Es un placer siempre leeros y conversar con vosotras, aunque en este caso sea como espectadora.
ResponderEliminarRespecto al tema de la escritura de hombres/de mujeres, creo que es difícil siempre, tanto para unos como para otras, no aplicar a lo que se escribe la esencia misma de lo que somos, de lo que hemos mamado desde que nacemos. ¿Se puede hacer? Si, por supuesto, pero como acto voluntario y consciente, si no siempre sale el autor o la autora tras el escrito.
Yo pienso exactamente igual, y mira que a mí me gusta jugar con las prosas y las temáticas, que las veo muy relacionadas, pero es que al final, si no sale un poco del mundo interno de cada uno ¿qué gracia tiene crear, cómo sería algo personal?
EliminarNena, tú vales mucho, gracias por pasar por aquí ;-)
Como trasluce de lo que escribí anteriormente, estoy de acuerdo con vosotras. Ángeles, gracias a ti por dedicar un poco de tu tiempo a leernos. Besos :)
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