Siempre me ha fascinado conocer la historia de los sitios que visito, pues creo que la única forma de entender por completo lo que se ve —la configuración de una ciudad o un pueblo, el tipo de edificios y de construcciones que posee, los monumentos que le son significativos— es contemplar los hechos que se han producido allí y que han determinado, de forma más o menos evidente, la forma material que ha adquirido ese lugar.
Si esto es así en general, mucho más cierto en el caso de Budapest, tal vez por simple desconocimiento por mi parte hasta ahora acerca de la historia de Hungría y su papel en el conjunto de Europa. He vuelto con unas ganas tremendas de aprender más, de profundizar en los acontecimientos en que se han visto envueltos el país y la ciudad a lo largo de los siglos XIX y el XX.
Todo esto es así principalmente por tres motivos:
1. Tuvimos la suerte de participar en un «free tour» organizado por el grupo White Umbrella, que fue definitivo para ubicarnos y conocer (y así poder entender) los enclaves más significativos de la ciudad. Como ellos mismos dicen en su web «Budapest es sin duda una de las capitales más impresionantes y con mayor carga histórica del continente Europeo. Sin embargo no todo el mundo lo sabe. Es por ello que nuestro Free Tour os ofrece la posibilidad de acercaros a este Budapest desconocido de una forma emocionante y amena. Usaremos buena parte de los edificios, calles y plazas de Pest para tejer la historia de la ciudad a través de sus personajes más importantes. Romanos, húngaros, eslavos, otomanos, austriacos, alemanes y rusos serán protagonistas de un relato impactante e indispensable para entender la ciudad que estamos visitando. Un precioso viaje en el tiempo de 2 horas, fundamental para entender Budapest». Nuestra guía, Xela, cumplió con creces lo prometido y nos proporcionó una idea muy completa de los avatares sufridos por el país desde sus orígenes.
Vista de la orilla de Pest
La Ópera de Budapest
El Parlamento, visto desde el Danubio y debajo desde la Kossuth Lajos Ter
La Basílica de San Esteban, o St. István, o St. Stephen's Basillica
2. Y visitamos un museo de engañoso nombre, la Casa del Terror, o Terror Haza Muzeum (claro, fue verlo en internet y atraerme cual polilla a la luz, pensando que era otra cosa. Sin embargo, después de enmendar mi error de concepto me siguió pareciendo igual de atrayente, así que lo marqué como visita obligada). La audioguía en español es fantástica, más que describirte y explicar lo que ves en cada sala, estas son el escenario que ambienta los hechos históricos recientes que el narrador te va contando, desde la ocupación nazi hasta el fin de la era soviética en 1989.
Terror Haza Muzeum, exterior e interior
Como ejemplo de reconversión y de cooperativismo tenemos el caso de los Ruin Pubs, cuyo exponente más famoso es el Szimpla; instalados, al menos los primeros de ellos, en auténticas e históricas casas de vecindad. Este tipo de viviendas se organiza del siguiente modo:
Unas puertas dobles impresionantes dan entrada a un amplio patio. En las esquinas de este espacio rectangular hay escaleras para acceder a los niveles superiores, dos o tres normalmente. Las puertas de las casas y apartamentos se abren a los corredores que recorren cada nivel, como una especie de corrala gigantesca (estas casas de vecindad podían albergar cincuenta o sesenta vecinos).
Pues bien, los ruin pubs son lugares de ocio y de cultura montados en alguno de estos viejos edificios, originalmente en el Barrio Judío, utilizando tanto el patio como los corredores y antiguos alojamientos, formando un laberinto de estancias conectadas con una decoración de lo más variopinta, donde se da especial protagonismo al reciclaje de materiales y la rehabilitación de todo tipo de cosas antiguas.
Szimpla pub. Patio y una de las salas
Y como buena muestra de aprovechamiento de una riqueza singular, las aguas termales, de las que se puede disfrutar en un montón de baños públicos. Nosotros fuimos a este, y puedo asegurar que es una experiencia única estar sumergido al aire libre en el agua a 50º centígrados mientras en el exterior hay alguno bajo cero.
Széchenyi Thermal Baths
Pero Budapest no acaba ahí. El imponente río Danubio separa la parte de Pest de la de Buda, que es la parte más antigua y señorial. Está erigida sobre un conjunto de colinas y en ella se asientan el Gran Castillo de Buda y la Iglesia de San Matías, con el famoso mirador llamado Bastión de los Pescadores delante de esta. El resto está ocupado por distinguidas mansiones con pequeños jardines, embajadas y consulados. Es una zona tranquila y apacible donde, si paseas en una tarde de invierno, como fue nuestro caso, el tiempo parece haberse detenido.
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