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viernes, 19 de mayo de 2017

Diosas del Huerto - Las protagonistas

PAPATUANUKU - La Diosa Maori

Papatuanuku

Papatuanuku

El mismo problema que en África: ¡Oceanía es tan grande y tan variada! Contiene tantas culturas, credos y ritos...
         Después de mucho buscar acabé decantándome por la cultura maorí y su preciosa historia de la creación del mundo.




Al comienzo no había cielo, ni mar, ni tierra, ni dioses. Había sólo Te Kore, la Nada.  El verdadero comienzo partió de la nada. De este vacío salieron los padres primigenios. De ese vacío surgió Papa, la Madre Tierra. De ese vacío surgió Rangi, el Padre Cielo.
 

Papatuanuku y Ranginui

 

Leyenda extraída del BLOG DE BANDERAS: 


Un día, Rangi-nui (el cielo que está sobre nosotros) sintió un deseo muy fuerte por Papa-tua-nuku (la tierra) cuyo ombligo apuntaba siempre hacia arriba. La deseó para que fuera su esposa y así, Rangi descendió hacia Papa. Durante esa época, la luz en el universo era inexistente y la oscuridad absoluta – conocida como po-kutikuti kakarauri – dominaba todos los doce cielos. No había sol, no había luna, no había estrellas, no había nubes, no había luz, no había aire… sólo una quietud y oscuridad total y absoluta.

Rangi-nui, entonces, se unió con Papa-tua-nuku y empezó a vivir con ella como su esposa. Luego procedió a sembrar algunas plantas para cubrir la desnudez de Papa, para sus axilas, su cabeza y su cuerpo, y después sembró algunos árboles más pequeños para vestirlos a ellos dos… El cuerpo de la tierra ya no estaba desnudo.
Después de que todas las criaturas habían sido plantadas por Rangi-nui en el cuerpo de Papa, ellos procedieron a crear su propia descendencia, es decir, los Dioses.
         Como Rangi-nui cubrió completamente de hijos a Papa —70 en total, todos de sexo masculino ninguno de ellos podía crecer o madurar, ninguno de ellos podía reproducirse o incrementarse. Todos estaban ubicados dentro del abrazo que se daban Rangi y Papa
Un día, un pequeño rayo de luz, diminuto como el resplandor de las estrellas más lejanas, fue visto desde el interior del abrazo. Ese rayo de luz hizo crecer el deseo en los nuevos dioses de abandonar el espacio entre sus padres y perseguir la luz que habían visto. Algunos de los dioses estuvieron de acuerdo pero otros no y esto generó una importante confrontación entre ellos.
         Unos querían ver la luz, otros estaban cómodos en la seguridad de lo que había sido su hogar por 7 Pō. El más valiente de los hijos, Tūmatauenga, dijo que lo mejor era matar a sus padres. Su hermano Tāne, sin embargo, estuvo en desacuerdo y propuso que los separaran de tal forma que Rangi fuera un extraño en el cielo sobre ellos mientras Papa, la madre tierra, permanecería debajo de ellos para alimentarlos y protegerlos. La mayoría estuvo de acuerdo con Tāne y pusieron el plan en marcha. Rongo, el dios de la comida cultivada, empezó empujando para tratar de separar a sus padres y luego fue acompañado por Tangaroa, el dios de los mares, y su hermano Haumia-tiketike, el dios de la comida salvaje. Pero, a pesar de sus esfuerzos conjuntos, Rangi y Papa continuaban juntos en su abrazo de amor. Luego de muchos intentos, Tāne, dios de las selvas y las aves, empujó fuertemente hasta que logró separar a sus padres. En lugar de ponerse de pie y empujar con sus manos como habían hecho sus hermanos, él se acostó en su espalda y los empujó con sus fuertes piernas… estirando cada músculo.
         Tāne empujó y empujó, hasta que Rangi Papa fueron separados en medio de gritos de dolor y tristeza. Y así, los hijos de Rangi Papa vieron la luz y tuvieron espacio para moverse por primera vez.

Pero mientras la mayoría de los hijos había estado de acuerdo con la separación, Tāwhirimātea, el dios de las tormentas y los vientos, estaba extremadamente enojado al ver que sus padres habían sido separados. No podía tolerar los llantos de sus padres o las lágrimas de Rangi al ser separado de su amor. Prometió a sus hermanos que, a partir de ese momento, tendrían que soportar su ira permanente.
         Entonces voló hacia los cielos a encontrarse con Rangi, su padre, y allí permaneció para siempre, enviando vientos y tempestades.


El mismo mito contado en el blog UN AGUJERO EN EL SUELO,
de Nicolás Cuervo González

Ranginui y Papatuanuku

La Creación


“En el principio estaba Te Kore, la Nada, y de Te Kore vino Te Poo, la Noche. En esa impenetrable oscuridad, Rangi, el Padre del Cielo, yacía en los brazos de Papa, la Madre Tierra”.

Los dioses de Aotearoa son hijos directos de Rangi (Cielo) y Papa (Madre Tierra), lo cual puede servir de ejemplo para demostrar cómo la cultura maorí está ante todo asentada en el respeto a la naturaleza, su entorno. Estos dioses “habitaban” el estrecho espacio que había entre los cuerpos de sus padres, pero todos ellos anhelaban libertad, vientos silbando en lo alto de afiladas colinas y a través de profundos valles, y luz, luz para dar calor a sus pálidos cuerpos.
Así que se preguntaron qué hacer, necesitaban su propio espacio, necesitaban luz. En estas se encontraban los, a la postre, dioses del pueblo maorí, cuando uno de ellos, Taane-mahuta, padre de los bosques, de todas las cosas vivientes que aman la luz y la libertad, se puso en pie, y así permaneció durante mucho tiempo, más de lo que uno puede aguantar sin respirar. Aguantó de pie, silencioso e inmóvil, aunando toda su fuerza hasta que estuvo preparado. Entonces, apretó sus manos contra el cuerpo de su madre, reposando toda su fuerza en ellas, y con sus pies empujó hacia arriba tan fuerte como pudo el cuerpo de su padre; los cuerpos del cielo y la tierra se resistieron todo cuanto pudieron, sin intención de poner fin a su enlace, pero finalmente terminaron separándose forzosamente.

Sello Nueva Zelanda


Fue el feroz empuje de Taane lo que separó el cielo de la tierra“, dice una antigüa creencia maorí; “Así que fueron separados, y la oscuridad se manifestó, como también lo hizo la luz“.

Mientras Rangi ascendía separándose cada vez más del cuerpo de su amada Papa, los vientos comenzaron a rugir furiosos y llenaron el espacio que se iba creando entre los dos amantes. Taane y sus hermanos permanecían expectantes ante todo lo que estaba pasando, contemplando por primera vez las curvas del cuerpo de su madre, la Tierra, y así fue como vieron aparecer desde los hombros de su madre un plateado velo de niebla, su forma de expresar el lamento por su pareja recién perdida. A su vez, Rangi, desde las cada vez más lejanas alturas, empezó a llorar, y con rapidez sus lágrimas bañaron de lluvia el cuerpo de Papa, la Tierra, creando lagos y ríos que corrían entre las serpenteantes y onduladas curvas del cuerpo de Papa.
         Taane, pese a haber sido el ejecutor de la forzosa separación de sus padres, los quería por igual, y necesitaba hacer algo por ellos para calmar la pena. Primero, quiso vestir el cuerpo de su madre con una belleza nunca antes soñada en el mundo de la oscuridad en el que habían permanecido hasta entonces. Hizo crecer a sus propios hijos, los árboles, y los liberó para que poblasen la tierra. Pero en esos primeros días, Taane, pese a ser un dios, era como un niño que adquiere inteligencia a través de las pruebas, los errores y los aciertos. Así que plantó los árboles al revés, dejando a sus inutilizadas raíces boca arriba, inmóviles y hambrientas, y sus copas enterradas bajo tierra, donde no había lugar para otros de sus hijos, como los pájaros e insectos. Ante esta visión, Taane desenterró uno de los gigantes kauris (árboles autóctonos y ligados fuertemente a la mitología) y sacudiéndole la tierra de su copa, volvió a enterrar sus raíces, y la brisa jugó con las hojas, cantando la canción del nuevo mundo que acababa de nacer.
         De esta manera fue como la Tierra se cubrió de un precioso manto verde de vegetación, los pájaros cantando y volando entre los bosques, el mar bañando sus orillas, y los dioses trabajando cada uno en su tarea, bajo las sombras de los jardines sagrados de Taane. Solo uno de entre los setenta dioses abandonó el lecho de su madre para seguir el camino de su padre; era Taawhiri-maatea, el dios de todos los vientos que azotan el espacio entre cielo y tierra.

Luego falta explicar, claro, cómo se crearon los hombres, ya que todos los hijos de Papa y Rangi eran varones. Pero eso es otra historia, que los maoríes tienen bien explicada.


Extraído del blog HISTORIAS, MITOS Y LEYENDAS

...Más adelante, Tañe se buscó una compañera. Primero se aproximó a su madre, Papa, que lo rechazó, y después se emparejó con diversos seres con los que tuvo hijos de varias clases: animales, piedras, hierba y arroyos. Pero deseaba una compañera con forma humana, como él mismo; siguiendo el consejo de Papa, modeló el primer ser humano, una mujer, con la arena de la isla de Hawaiki, le insufló vida y la mujer se convirtió en Hine-hau-one, la «doncella-creada-de-la-Tierra», que tuvo una hija, Hine-titama, «Doncella del Alba», a quien Tañe también tomó como esposa.
         Hine-titama no sabía que Tañe fuera su padre y cuando descubrió la verdad huyó al oscuro reino de los infiernos. Tañe la persiguió, pero ella le gritó que había cortado el cordón del mundo. Desde entonces permanece allí y arroja a sus hijos a la tierra: así es como la humanidad se hizo mortal. Por tanto, Hine-hau-one posee un carácter doble: como origen del primer nacimiento y de la primera muerte humanos.

viernes, 12 de mayo de 2017

Deudas de la memoria

Tuomas Korpi
Tuomas Korpi, Arrival at Svetoslav Sanctuary (digital painting)

Lo ha vuelto a hacer. Andaba yo en las ramas más altas del blog, ocupada en asuntos de Diosas Madres (por eso precisamente estaba arriba, tratándose de un tema tan elevado...), trajinando con mis propios papeles, cuando he sentido una sacudida en el aire que me ha hecho ir corriendo a una de las ventanas y mirar afuera, a ver qué era esa inesperada anomalía atmosférica.
         Era él, el duende documentalista. Venía montado en una de las barquichuelas levitadoras que usamos para viajar entre plantas (no entre plantas de las verdes, naturalmente, me refiero al tipo de plantas que también se llaman pisos), cada vez que tenemos que subir o bajar desde los sótanos que hay en las raíces de nuestro árbol palacio, hasta los brotes-habitaciones que se distribuyen a diferentes alturas.
         Parecía muy agitado, como cada vez que encuentra algún hallazgo imprevisto. Se notaba que apenas podía contener su impaciencia. Entonces se ha puesto a hablarme con gran apasionamiento. Bueno, si puede considerarse hablar a esa especie de jerigonza gesticulante que usan los duendes. Sabéis, ¿no?
         Me ha contado que una caja misteriosa de color lavanda ha aparecido por arte de magia (¿cómo si no?) en uno de nuestros despachos, a la hora del almuerzo. Luego ha tenido la desfachatez de lanzarme un fajo de papeles a la cara, que he cogido de milagro, ha hecho su habitual reverencia*** y se ha vuelto a marchar camino abajo.

***  Muy poco reverente, no os creáis, que los duendes no saben lo que es el respeto. Sospecho que ni siquiera tiene claro quién manda aquí, o en cualquier otro lado; pues son estos, individuos muy anárquicos que no reconocen más autoridad que la suya.
 
         Bien, ¿y qué demonios me ha traído? ¿Merecía la pena la interrupción? Ya lo creo que sí. El duende, por más que sea una criatura rebelde y antojadiza, sabe lo que se hace. Y así, esta vez ha descubierto un blog de lo más interesante: Algo más que sombras
         Un blog que se dice dedicado a la «visibilización de la literatura escrita por mujeres». Con ese objetivo se han propuesto editar una serie de cuadernillos con carácter de libro libre (para que cualquiera pueda hacerse con ellos y disfrutarlos) para acercar a los lectores la obra de un montón de autoras que fueron apartadas del canon y olvidadas.
         El primer cuadernillo está dedicado a la poesía de las mujeres de la Generación del 27, injustamente olvidadas y apartadas de la consideración que se otorga desde las aulas y las instituciones a sus colegas masculinos. Se puede descargar en PDF desde el propio blog.
         Es una labor muy parecida a la que están llevando a cabo desde hace tiempo las promotoras del proyecto «Las Sinsombrero», dirigido por Tània Balló, Serrana Torres y Manuel Jiménez Núñez, que consta de un documental interactivo, documental para la TV, Proyecto Educativo, campaña en Facebook y un libro (http://www.rtve.es/lassinsombrero/es).

De ese primer cuadernillo, que ya he empezado a ojear, os iré trayendo nombres y poemas que me llamen la atención. Hoy, de entre todas ellas, me he quedado prendada de Margarita Ferreras, a la que confieso que no conocía. La culpa la ha tenido un poema suyo:    

          «No moriré mientras tú vivas.
         Desesperadamente
         mis raíces se alargan.
         Eres agua y te busco.
         Me revuelco como un pez en la tierra
         cuando tú pasas».

                        Margarita Ferreras (De Pez en la tierra, 1932)

Para conocer a Margarita Ferreras, he acudido a este artículo que os recomiendo: Margarita Ferreras, la poeta olvidada, en el que destacan su faceta eminentemente vanguardista.

         «Fue la autora de un libro audaz que merece ser subrayado. Margarita Ferreras publicó en 1932 un libro que rezuma erotismo y posee un sentido reivindicativo, pionero e infrecuente en su día, sobre el papel de la mujer. Se trata del poemario 'Pez en la tierra', el único que publicó la escritora».


Margarita Ferreras

Parece que tuvo una vida de novela, novela trágica, eso sí; amante de un infante de España, poeta valiente, inestable, temerosa del futuro, exiliada y loca. Desaparecido su rastro en algún momento de 1964. Se la creía en Europa pero puede ser que volviera a su Zamora natal, donde siguió existiendo en el olvido más aniquilador. (Noticia de una olvidada)

Margarita Ferreras
 «Y deseo la muerte/por amor a la vida»
escribió Margarita Ferreras

Pudo ser que Margarita se dejase perder en esa vida que ya no lo era. Pues ese sucedáneo de vida que era la España de posguerra —despojada de arte, de libertad y de vanguardia— no podía ser para ella.

jueves, 11 de mayo de 2017

Diosas del huerto - Las protagonistas

La de los Mil Nombres. Madre África.

Beyoncé, bellísima en su presentación durante la ceremonia de los Premios Grammy 2017, cuando actuó convertida en una diosa de la maternidad y fertilidad. En su vestido, detalles de la diosa africana Oshun.

Cuando empecé a documentarme y a buscar inspiración para la representación de la Diosa Madre de África, papel fundamental en mi guión, me topé con varios problemas.
         Era previsible, dada la enorme extensión del continente africano, que encontraría una multitud de diosas y creencias distintas. Así que mi tarea era dar con una deidad concreta que aglutinara al menos los aspectos más característicos e importantes de las demás. Tratar de alcanzar un sincretismo que agrupara, bajo el arquetipo de la Madre Tierra, la Madre Creadora; los distintos rostros y nombres de diosas que aparecían en otros tantos pueblos africanos.

Ya al poco vi que la cosa iba a ser aún más complicada de lo que esperaba. Porque, antes que el problema de la variedad de cultos, estaba el hecho de que había muy poca información consistente y medianamente fiable acerca de diosas que fueran puramente africanas. Lo que iba descubriendo eran deidades «transportadas» a América por los antiguos esclavos africanos, que las habían llevado consigo, y asimiladas y transformadas después allí en forma más o menos radical.
         No olvidemos que los esclavos africanos tenían diferentes procedencias étnicas y regionales, contando cada uno con sus propios dioses y credos. Obligados a convivir, fueron sincretizándolos, mezclando atributos y mitologías entre unos y otros. Además, fueron llevados a distintos países y lugares de América, asimilando en cada región elementos amerindios y cristianos, que fueron aderezando sus creencias y haciéndose con el tiempo parte inseparable de ellas. En el caso concreto del cristianismo, era una medida de pura supervivencia la de adoptar términos y ritos propios de la población blanca, ya que los esclavos tenían prohibido practicar sus religiones, que los amos consideraban diabólicas, y la única forma de mantenerlas era enmascarándolas dentro del dogma cristiano.

Pero, bueno, me estoy adelantando a las conclusiones. Empezaba tan solo a intuir los problemas, mientras iba descubriendo posibilidades aún prometedoras.
         Así, hice un recorrido por las características y el origen de los muchos orishas propios del Candomblé o la Umbanda brasileñas, iguales a los de la Santería cubana. Y enseguida vi cuántos elementos comunes comparten todos ellos con el Vudú haitiano, al que había investigado para un relato el pasado verano. Es algo muy fácilmente explicable si tenemos en cuenta que todas estas divinidades proceden de la originaria religión Yoruba, que extiende su influencia principalmente por el suroeste de Nigeria y en los países vecinos de Benín y Togo.
         Hasta creí por un momento que la religión Yoruba podía llegar a ser «mi» solución. Parecía representativa de una parte importante del credo africano y contaba con algunas divinidades u orishas femeninas de gran influencia.
         Sobre todo me interesó la figura de Yemayá, de la que se dice lo siguiente: 

Yemanja (o Yemayá, Yemoja...) Diosa oceánica de la macumba brasileña, representada como una luna creciente. Diosa madre del panteón africano. 
         Es una importante deidad del agua de la religión yoruba. Es una orisha y la madre de todos los orishas, habiendo dado a luz a 14 dioses y diosas. Se suele sincretizar con Nuestra señora de la Regla o con otras figuras de la virgen María de la iglesia católica, una práctica que surgió durante el comercio transatlántico de esclavos. Yemoja es maternal y protectora, preocupándose mucho por todos sus hijos, consolándolos y quitándole las penas. No se altera fácilmente, pero cuando se enfurece puede ser muy destructiva y violenta, como las riadas de ríos turbulentos.
         Suele representarse como una sirena y se asocia con la Luna, agua y misterios femeninos. Es la patrona de las mujeres. Gobierna todo lo relacionado con la mujer; parto, concepción, maternidad, seguridad infantil, amor y curación. Supervisa los grandes secretos, la sabiduría antigua, la Luna, las conchas marinas y el inconsciente colectivo. Según el mito, cuando rompió aguas, causó una gran inundación que creó ríos y arroyos, creándose los primeros humanos mortales de su vientre

Pero según profundizaba en los matices de dicha religión Yoruba surgieron las dudas. Para empezar, no fui capaz de rastrear estas deidades hasta su forma primitiva, exclusivamente africana. Y eso era importante, pues ya pensaba de antemano contar con una Diosa Madre americana y quería marcar las diferencias.
         Por otra parte, descubrí que la religión Yoruba, pese a contar con multitud de deidades (se habla de cuatrocientas) es en esencia una religión monoteísta y, peor que eso de cara a mis fines, patriarcal. Consideran a Olodumare como dios único y omnipotente.

Descarté esta vía de investigación y acudí a edades anteriores, mucho más primitivas, en busca de la Diosa original. Así fue como dí con dos o tres páginas que pretendían establecer cómo, antes de las colonizaciones que establecieron el actual sistema de creencias patriarcal, hubo en el continente africano, cuna de la vida, multitud de representaciones deificadas sobre lo femenino esencial, esa capacidad creadora de vida y sustento que caracteriza el arquetipo de la diosa madre-diosa nutricia, asimilable a la Tierra y a toda la Naturaleza.
         Buscando, buscando, llegué aquí:

CULTURAS PRECOLONIALES DE ÁFRICA: MANIFESTACIONES ARTÍSTICAS PRIMITIVAS

Se trata, como podéis ver, de un artículo de Francisca Martín-Cano Abreu (Lepe, Huelva, España), alojado en la web Geocities, que parece constituir la respuesta definitiva a lo que andaba buscando. Me permito copiar los aspectos más relevantes:

«...Aunque algunos historiadores hayan atribuido, bien de manera ambigua, o bien de manera explícita, "al hombre" la autoría de las tallas (estatuas y pinturas prehistóricas), no es cierta tal afirmación, al menos para las obras africanas más antiguas. Es posible que tal aseveración sea cierta únicamente para las talladas más recientemente, ya que la influencia occidental, al revalorizar al varón, ha dado lugar a que éste acaparase todas las profesiones, incluidas las artísticas.

         En el pasado la ejecución de las tallas también fue tarea de artistas femeninas, evidenciado en el grupo escultórico de Ghana, existente en el Museo Metropolitano de NY, que muestra a una mujer tallando una escultura en madera, junto a otra que da de mamar a su bebé. La escultura refleja tanto las actividades que ejercitan las mujeres en la sociedad: función nutritiva y artística, como las funciones que en principio se dieron a la Diosa, que se creía gobernaba en exclusiva en el panteón, o Madre Naturaleza: función Nutritiva y función Generadora y Creadora de la humanidad. En función de Madre Nutritiva, la Diosa Alimenta a la humanidad y en función de Madre Creadora, es la Diosa Alfarera-Talladora que modela a la humanidad, que así la Genera».



Representaciones de la Diosa-Madre en África según la arqueo astrónoma Francisca Martin-Cano Abreu        

«En África, y desde la Prehistoria, el blanco es símbolo lunar y femenino, blanco como la Luna... ...Así que, cuando ciertos historiadores dicen que en África el blanco es el color de las Divinidades y de la Muerte, quieren en realidad decir que es el color de la Diosa que personifica la LUNA y que está representada en las máscaras FUNERARIAS, tanto abstractas como figurativas, pintadas de blanco, y que Protege a los muertos, igual que en el resto del universo, para concederles la Resurrección.

         Muchas culturas de Gabón con el nombre de Kota, realizan relicarios (tumbas africanas de los huesos de los difuntos, como representación metafórica del Seno de la Diosa Madre Tierra, lugar origen de la vida y donde acoge los huesos de los difuntos), guardadas por esculturas funerarias muy abstractas llamadas "Bwiti", representativas del Espíritu Guardián de los muertos.
         Todos los símbolos de esas esculturas abstractas son atributos femeninos y aludirían al sexo femenino del Espíritu Guardián de los muertos. Y son expresivos de las diferentes funciones de la Gran Diosa Madre Naturaleza, que acompaña y protege a los difuntos para darles la prometida Resurrección, al igual que (se supone) hace con la semilla alojada en su Seno».

(Eso nos hace pensar de inmediato en una de las atribuciones conocidad de la diosa Isis, como guardiana de los muertos)


«Los atributos que acompañan a las esculturitas abstractas o figurativas femeninas africanas, aparecen de forma universal en las sociedades agrarias y tienen un significado idéntico a las del resto del mundo. Algunos ejemplos son:

         —Escarificaciones en el vientre como radiografía del bebé, con el que se intentaría reclamar la intervención de la Diosa para que mágicamente concediese la Fertilidad humana, de la vegetación, animal y de los difuntos.
         —Las figuras femeninas están acompañadas de vasijas o tienen lágrimas en los ojos. Sería un símbolo propiciatorio para que la Diosa de la Naturaleza envíe las lluvias.
         —O están acompañadas de serpientes, símbolo de Resurrección e Inmortalidad.
         —O tienen cabellos peinados como la campo labrado y sembrado, para que la Madre Tierra mágicamente dé abundantes frutos.
         —O las esculturas femeninas tienen rasgos zoomorfos: de ave, de arruí / carnero, de órix-antílope,... teniendo un significado astronómico (alude a constelaciones animalísticas = configuraciones de estrellas a las que se le atribuye formas animales y personificadas en principio por el Principio femenino, y más tarde por Divinidades de ambos géneros), que cuando ocupan determinada posición son coincidentes con determinados fenómenos atmosféricos.
         —Otras figuras incorporan mamas y genitales masculinos, representaciones de Divinidades hermafroditas, evidencias de la creencia en la no responsabilidad del varón en la concepción y pretenderían con ellas forzar la Autofecundación de la Diosa.
         —Asimismo existen esculturas femeninas bicéfalas, que testimonian la creencia también en África, en la Dualidad Ancestral femenina y serían imágenes propiciatorias de la Autofecundación del Principio femenino, etc, etc...».

Dice también Eduardo Pedro García Rodríguez (http://iglesiaguanche.blogspot.com.es/2013/08/la-diosa-madre-en-las-islas-canarias_22.html)

La existencia de estatuillas representativas de la Diosa-Madre en África, está contrastada desde el II milenio a.e.a. En lo que respecta al noroeste africano en el inmenso desierto del Sahara abundan los grabados y pinturas rupestres referentes a la Diosa-Madre, además de representaciones zoomorfas, que son una prueba de que el continente donde surgió la humanidad posiblemente fue el lugar donde se inició el culto a la divinidad. Hasta hace unos 8.000 años una extensa sabana ocupaba lo que hoy es el desierto, en ella proliferaba la vida tanto vegetal como animal y desde Mauritania hasta el Senegal los grupos humanos encontraban los medios necesarios para desarrollar la vida.  

Con toda esa información ya tenía yo el carácter y los atributos para mi Diosa Madre africana. Ahora solo me faltaba un nombre para ella, un nombre que fuera de alguna forma representativo de todas las deidades de los diferentes cultos. La única solución, dados los problemas antes señalados acerca del carácter y atributos distintos, a menudo variables con el tiempo, de muchas de las deidades fue recoger todas las designaciones que había encontrado:

Guinea - Diosa Nimba
Malí - Diosa Gwandusu
Camerún - Mebeli «Mi Madre», el principio femenino
Nigeria - La Diosa Suprema, Diosa Madre Tierra Ala/Ale
Benín - Diosa Mawu

ALA

Ala es la diosa del ibo (Nigeria) de la tierra. Ella es la hija del dios supremo Chuku y se le considera la madre de todas las cosas. Ella es la diosa de la fertilidad y de la muerte. Ella da a luz en el principio y da la bienvenida a los muertos de nuevo en su matriz. En Nigeria, en donde todavía la adoran, tiene templos situados en el centro de las aldeas, en donde tiene una estatua rodeada por las imágenes de otros dioses y animales. Entre la gente del ibo, ella es una de los divinidades más populares.


Del blog de David Bocci, Refugio Rosa.
Imagen de la diosa Mawu, asociada con la luna.

Montada encima de un elefante, viene Mawu, la Gran Diosa, poder supremo que crea todo. Ella es el aspecto Madre de la Diosa – la que da a luz a la forma; nosotras y el mundo son sus hijas. Tiene autoridad tal como se conocía en los matriarcados, no como un poder sobre el otro que amenace la individualidad, si no como la comprensión innata de las leyes de la naturaleza. Es la fuente femenina del universo: fertilidad, abundancia, imaginación creativa.

Por eso mi diosa africana será la diosa de los Mil Nombres. Eka Abassi, Nimba o Mebeli. Mawu, Gwandusu o simplemente Ala.
         Será la de los ríos de plata.
         Será... Madre África.

lunes, 8 de mayo de 2017

Diosas del Huerto - Las protagonistas

Se acerca la noche del 19 de mayo, así que estos días vamos a ir conociendo, en próximas entradas, a todas nuestras protagonistas una a una.

La primera en revelarse a nosotros será la diosa lunar Isis, una divinidad que representa el arquetipo de la Diosa Madre, dadora de vida, común a todas las culturas. Ella es el principio femenino que rige el universo.

Versión más clásica
 
Diosa Isis clásica

Y aquí una versión menos frecuente pero igualmente inspiradora.
Pertenece al Isis Oracle (una especie de Tarot) creado por Alana Fairchild e ilustrado por Jimmy Manton

Isis Oracle-Alana Fairchild-Jimmy Manton

Isis, Reina del Cielo
La diosa Isis es una diosa egipcia, hermana y esposa de Osiris, que representa la madre, la reina y la diosa de todos los dioses.
         Aparece mencionada por primera vez en escritos que datan de 2.300 a.de C. en la V dinastía del Imperio Antiguo de Egipto.
         Extraído de «El Santuario del Alba»: Las primeras menciones de Isis datan de la dinastía V de Egipto, cuando encontramos las primeras inscripciones literarias, pero su culto se hizo prominente más tarde en la historia egipcia, en la época en que se empezaron a absorber y sincretizar los cultos de otras diosas.
Himno a Isis, siglos III o IV, descubierto en Nag Hammadi:
Porque soy la primera y la última,
yo soy la venerada y la despreciada,
yo soy la prostituta y la santa,
yo soy la esposa y la virgen,
yo soy la madre y la hija,
yo soy los brazos de mi madre,
yo soy la estéril y numerosos son mis hijos,
yo soy la bien casada y la soltera,
yo soy la que da a luz y la que jamás procreó,
yo soy el consuelo de los dolores del parto,
yo soy la esposa y el esposo,
y fue mi hombre quien me creó,
yo soy la madre de mi padre,
soy la hermana de mi marido,
y él es mi hijo rechazado.
Respetadme siempre,
porque soy la escandalosa y la magnífica.
Se la asocia en otras regiones con diosas como Inanna, en Sumeria, Anahit, en la antigua Armenia, Astarté, en Canaán, Fenicia y en las religiones abrahámicas.
         Posteriormente, en Babilonia y su zona de influencia cultural en todo Oriente Medio, recibe los títulos honoríficos de Reina del Cielo y Señora de la Tierra.
         Para el erudito y mitólogo Joseph Campbell, Ištar/Inanna, que amamanta al dios Tammuz, es la misma diosa que Afrodita y que la egipcia Isis, que alimenta a Horus.

Isis es adorada también como «la gran maga», por la hazaña de resucitar a su hermano y esposo Osiris, asesinado por su hermano Seth, para luego procrear con él y dar a luz a Horus.
         Y también porque se dice que creó con su magia la primera cobra. De esta primera cobra, Isis extraería el veneno que obligó a Ra, el dios de los dioses, a revelarle su verdadero nombre y así dar a Isis poder sobre él. Ra, al aceptar su derrota, prepara un culto secreto para entregar a Isis el poder para curar las enfermedades de los dioses.
         Otro de sus atributos es el de «la diosa del más allá» por ser la esposa de Osiris y resucitarlo, y la diosa de la estrella. Se creía que la estrella Sirio, o Sotis, la estrella más brillante de la constelación de Orión, era la casa en el cielo de la diosa Isis.

Los primeros cristianos asimilaron su culto a la virgen María, dándole su faceta maternal y protectora. Así, Isis inspira directamente la famosa iconografía de la virgen María con el niño Jesús en sus brazos.
         Fue la única deidad de Egipto que continuó siendo adorada en el Imperio Romano , antes de que su culto fuese prohibido en el año 535 d.C.

Isis también personifica la Luna, ya que la Luna era considerada uno de los ojos de su esposo Osiris. Se le rezaba para que evitara las inundaciones en el Nilo.