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viernes, 24 de abril de 2020

PREPARANDO BELTANE I


Se acerca una fecha muy especial (tanto es así para mí que le dediqué un relato oscuro y todo): Beltane. Y hay que pensar en cómo la vamos a celebrar en las actuales circunstancias.
Para empezar a hablar de Beltane, festividad gaélica precristiana, conviene recordar la concepción del ciclo anual que tenían los pueblos celtas:


europa indígena

Así, el calendario ceremonial pagano europeo, basado en los ciclos de la Naturaleza, estaba compuesto principalmente por 8 celebraciones solares (equinoccios, solsticios y fechas intermedias entre ellos) y 13 celebraciones lunares (las lunas llenas que tiene un año).
         Para los celtas el año se dividía en dos estaciones, la de la oscuridad (el invierno), que comenzaba con Samhain el 31 de octubre (en torno a, porque dependía de la luna y tenía cierta variación), y la de la luz (el verano), teniendo su inicio con Beltane, el 1 de mayo (igual que Samhain, admite cierta variabilidad y su celebración comienza en la noche del 30 de abril).

ciclo Naturaleza

Durante mucho tiempo se ha aceptado que Samhain, que significa Fin del verano, era el Año Nuevo para los celtas, pero hoy en día hay algunos estudiosos que lo empiezan a poner en duda a causa de la falta de evidencias contundentes de la debida antigüedad.

El calendario que ha pervivido en la tradición celta-wicca, que mezcla distintas influencias paganas, está conformado por ocho fechas principales (Sabbats) que señalan el recorrido cíclico de la tierra en torno al sol (las propiamente gaélicas son cuatro: Samhain, Imbolc, Beltane y Lughnadadh), así como la influencia que la mayor o menor proximidad del astro rey ejerce sobre el crecimiento de la vida en la tierra.
         Con este fin, nuestros ancestros celebraban los cuatro cambios de estaciones (solsticios y equinoccios), así como la fecha intermedia entre un cambio y otro.
         Esto es: 21 de Diciembre (Yule), 2 de Febrero (Imbolc), 21 de marzo (Ostara), 1 de mayo (Beltane), 21 de junio (Litha), 1de Agosto (Lughnasadh o lammastide), 21 de septiembre (Mabon) y 31 de Octubre (Samhain).

rueda del año wicca



Estas festividades solares a su vez se interrelacionaban con trece ceremonias lunares (esbats) que coincidían con las lunas llenas de cada año, conformando así las 21 fechas principales del calendario luni-solar arcaico

Para comprender esto en toda su extensión, hagamos un pequeño esfuerzo de imaginación. Volvamos atrás en el tiempo, cuando el mundo era más simple y había mil veces menos estímulos a nuestro alrededor.
         Nuestra subsistencia depende de la tierra, ya sea gracias a los cultivos, los animales domesticados, la caza o la recolección. En este mundo la Naturaleza tiene una importancia vital, mayor que la de cualquier otra cosa. El planeta nos sustenta, en todos los sentidos (bueno, ahora también, solo que lo hemos olvidado y la mayor parte del tiempo no pensamos en ello). Y si hay sol o no, si hace frío o calor, si los animales tienen crías o no, si es invierno o verano, si... Todo eso es determinante para que vivamos o muramos.
         Así, los seres humanos están muy pendientes de todos los cambios a su alrededor, porque suponen, como decimos, sobrevivir o no como especie. Observan el entorno, se ajustan a él, e intentan, en la medida de lo posible controlarlo o utilizarlo a su favor.

estaciones

Es importante saber cuándo plantar cada cosa, cuándo los animales tendrán a sus crías (que es en el período del año en que es más fácil alimentarse y crecer, que la Naturaleza no es nada tonta, no), cuándo tendremos que cosechar y cuánto y cómo almacenar para los meses en los que no habrá nada y no podremos movernos, aislados por la nieve, las ventiscas, etc. De nuestra previsión, de que haya habido suficiente alimento y hayamos sabido conservarlo, dependerá la supervivencia propia y de la comunidad.
         Para eso, nos organizamos. Nos marcamos hitos en el año y los celebramos con rituales y fiestas que, por un lado, nos garantizan mágicamente la benevolencia de lo que no controlamos (no lo controlamos, ni sabemos a ciencia cierta qué es y dónde está, luego es superior a nosotros e invisible). Y, por otro, permite que la comunidad establezca lazos y se divierta, se desahogue, se libere y afronte así las adversidades inevitables.
         Así llegamos a nuestras festividades anuales, solares y lunares, cada una con su propio significado, que se deriva de lo que observamos en ese momento específico del año.
         Y a Beltane, el primero de mayo: el inicio de la estación luminosa del año y del verano.

Diosa Fuego
La palabra Beltane, proviene del gaélico francés “Bealtaine” o del escocés “Bealtuinn” que significa “Fuego de Bel”, el Dios celta de la luz de belinus.
         La celebración se inicia la noche del 30 de abril, que era cuando los druidas encendían los famosos “Fuegos de Beltane” para obtener propiedades curativas y pedir a los dioses protección.
         Beltane es, como hemos dicho, el comienzo de la luz, de la siembra y el pastoreo (el ganado iba a los pastos de verano a partir de esa fecha). También marca el inicio de la estación luminosa del año, o el principio del verano. Se celebra la Fertilidad y la Sexualidad, el ciclo de la fecundación y la floración. Y es también la fecha de los «handfastings», unión de manos, las bodas ancestrales que eran celebradas en el mes de mayo.
         Igual que el resto de festividades «de paso», conmemora un umbral, un límite, una frontera. Entre el invierno y el verano, entre el frío y el calor, entre la muerte y la vida (el invierno sin plantas ni crías y el verano de sol y cosechas). Es por tanto un buen momento (según sus creencias) para rituales y hechizos, pues en el filo justo de la estación que ya se ha ido y la otra que aún no ha entrado, el instante entre el día que se va y la noche mágica que comienza, se produce una fusión entre lo visible y lo invisible, lo que permite que los muertos y los vivos; o los seres mágicos y los simples mortales, puedan tener contacto.
Se celebra la Fertilidad y la sexualidad, el ciclo de la fecundación y la floración.

Leer más: https://www.hijasdelatierra.es/blog/beltane/Se

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